Este 30 de noviembre los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reunieron para tratar de acordar un recorte de la producción del crudo, consolidando los acuerdos previos de setiembre. Sin embargo, más allá de la voluntad política de las naciones, es incierto si efectivamente se recortará la producción y, además, los efectos en el precio serían mucho menor a los esperados.
Las diferencias entre los principales actores parece ser la mayor dificultad para lograr acuerdos efectivos. Arabia Saudita ha manifestado que incluso puede ser viable no recortar la producción y que los precios se estabilicen con una mayor demanda global el próximo año, mientras que Irán e Iraq se enfrentan al dilema de renunciar a su objetivo de mayores cuotas de mercado; y otros países no miembros de la OPEP, como Rusia, aseguran que podrían congelar la producción actual pero no reducirla. Asimismo, a mayores precios, se puede estimular la producción de los competidores estadounidenses, a través de la técnica de fracking, contrarrestando las reducciones de los países productores.
Un posible acuerdo es reducir la producción hasta los 32.5 millones de barriles diarios, respecto a los 34 millones record que se produjeron en octubre. Con esto, la OPEP podría estabilizar los precios entre los $50 y $55 por barril hacia cierre de año y los $60 el próximo año, que siguen siendo menores a los considerados por el Banco Central de Costa Rica en sus proyecciones económicas de $55.3 en 2016 y $64,1 en 2017; de forma que mantiene las perspectivas económicas sobre la economía relacionadas al movimiento en el precio del crudo.
Precio por barril del petróleo Brent