La economía mexicana registró una caída histórica en el segundo trimestre del año, a raíz del cierre y confinamiento de las empresas y personas para mitigar el contagio de la pandemia causada por el COVID-19. La economía sufrió un desplome de 18.9% anual entre abril y junio.
Sin embargo, en junio comenzó la etapa de la nueva normalidad en el país, con lo que empezó a abrirse la mayoría de los negocios y actividades, aunque de forma gradual, lo que implicó un cambio en el rumbo de la actividad económica.
Prácticamente todos los sectores han comenzado un proceso de recuperación, conforme se relajan las medidas de distanciamiento social y las actividades se acercan gradualmente a la normalidad, ante la pandemia de Covid-19. La actividad económica comenzó a tener cierto repunte respecto a abril y mayo, reflejando la reactivación de la manufactura de equipo de transporte, la construcción y la minería no petrolera, ya que desde ese mes se consideraron esenciales. La producción también fue favorecida por la reactivación de la economía estadounidense y de otras regiones.
Para el tercer trimestre, actualmente contamos con cifras del IGAE de julio y agosto, así como el indicador oportuno de actividad económica de septiembre.
Con ello, nuestra expectativa es que la economía presente un rebote trimestral cercano al 12% respecto al segundo trimestre del año, aunque a tasa anual la caída todavía sería alrededor de 8.5%.
Este rebote trimestral/contracción anual es mayor/menor a lo estimado originalmente. Así, consideramos que también le pone un techo a las perspectivas de caídas de PIB para todo el 2020 de los distintos analistas. En nuestro caso, la expectativa de contracción de la economía mexicana para todo el año es de 9.0% (-9.5% previa estimación).
Lo anterior implica que para el cuarto trimestre del año la recuperación podría sostenerse, aunque perderá fuerza con una expansión trimestral de sólo 4.0% (caída anual en ese periodo de tiempo sería cercana a 7.0%).
No obstante, el camino a la recuperación será largo y accidentado y gran parte del desempeño fundamental de las empresas seguirá dependiendo de la evolución del coronavirus en nuestro país. A pesar de los signos de recuperación de los últimos meses, el escenario será muy diferente en el último tercio del año si se logra evitar o no un rebrote de COVID-19.
En caso de que la situación que enfrente México luzca a lo que hoy ocurre en algunos países europeos como España, Francia o Italia, donde de nueva cuenta están llevando a cabo nuevas medidas de confinamiento para hacer frente a los fuertes rebrotes del coronavirus, es probable que se tengan que realizar ajustes a la baja en las actuales previsiones económicas.
También preocupa la situación en EUA, donde los rebrotes de COVID-19 provocan cifras récords de contagios diarios (por arriba de los 80 mil nuevos casos), lo que en determinado momento podría provocar cierre de actividades económicas, lo que representaría un alto riesgo no solo para la economía estadounidense, sino también para la mexicana. Gran parte de la actual recuperación de México se explica por la dinámica del sector externo, en particular de la relación comercial con EUA.
En un escenario de fuertes rebrotes en México y EUA, en el que se tenga que volver a llevar a cabo medidas de confinamiento (aunque sean menos drásticas que las implementadas entre marzo y mayo pasado), el PIB mexicano del cuarto trimestre podría estancarse o volver a registrar una contracción respecto al trimestre inmediato anterior.
Sin embargo, en la medida que la pandemia se contenga con mayor eficiencia, aumentan las posibilidades de que impacto negativo sobre la actividad económica termine siendo menor.
Adicionalmente del tema del manejo de la pandemia, la consolidación de la recuperación económica del país dependerá también de la facilidad que puedan tener las empresas para poco a poco reanudar su actividad productiva, así como la certidumbre y respeto a los contratos que se les pueda otorgar a los agentes económicos.
Impacto en el tipo de cambio:
El peso mexicano está más dependiente de temas externos como lo son las discusiones sobre el paquete de estímulos económicos-fiscales en EUA entre la Casa Blanca, Demócratas y Republicanos, del resultado de las elecciones presidenciales en EUA y avances en las vacunas/tratamientos contra el COVID-19.
Sin embargo, una mejor perspectiva económica del país termina siendo favorable para el peso mexicano. El impacto de que la contracción económica sea un poco menos severa que lo ayudaría a mantener el camino a la recuperación de la moneda mexicana (por supuesto el riesgo de que un fuerte rebrote del virus en las próximas semana/meses provoque un detenimiento económico adicional, depreciaría al peso, rompiendo su comportamiento favorable de las últimas semanas).