Un ETF (Exchange Traded Fund – por sus siglas en inglés) es un fondo de inversión con cotización pública. Se considera al mismo como un activo cotizante que replica el comportamiento de un índice, un commodity, bonos o una canasta de activos como lo es un fondo indexado. A diferencia de un fondo común de inversión abierto (FCI) en Argentina, los ETF cotizan como si fuesen una acción más del mercado. Estos fondos en cuestión experimentan fluctuaciones de precio propias dependiendo de la oferta y la demanda de los mismos. Al operar en mercados abiertos, como lo son NYSE o LSE (LON:LSE), tienen mayor liquidez que un fondo común de inversión (habitualmente conocidos como Mutual Funds, el equivalente a un FCI) con costos relativamente menores haciéndolos atractivos para inversores individuales.
¿Cómo funciona un ETF?
Un ETF, por su estructura, funciona diferente de la manera que lo hace un FCI. Si bien los ETF cotizan en un mercado como lo hace una acción, los mismos no salen a cotizar como una empresa a través de una IPO, sino que lo hacen con un proceso de creación y redención de cuotapartes que crean y destruyen fragmentos del ETF. Como las cuotapartes no están nominadas a un inversor y las mismas se operan en mercado secundario, el manager no maneja dinero de la manera en que la hace un FCI.
En un FCI el inversor suscribe dinero a la Sociedad Gerente según el producto, la Sociedad va al mercado, compra la cantidad requerida de instrumentos según su indexación y luego le otorga al inversor una cuotaparte que replica el valor de su canasta de activos. En un ETF, en cambio, existe un participante llamado ‘Participante Autorizado’ que se encarga del proceso de creación y redención de cuotapartes. Estos Participantes Autorizados (PAs) son instituciones financieras como bancos u otros fondos que hacen de ‘market makers’.
La creación ocurre cuando el ETF requiere una cierta cantidad de activos en especie y número (ya sea por balanceo de cartera o por estrategia de inversión), los PAs le proporcionan estos activos al ETF a cambio de cuotapartes del ETF que luego venderán en el mercado. De manera opuesta, en el caso de una redención, cuando el ETF debe deshacerse de activos, los PAs devuelven cuotapartes al ETF a cambio de activos que serán vendidos en el mercado. Todos los días, por normativa, los ETF anuncian que activos deben incluir y cuales excluir de manera pública.
El precio de una cuotaparte
La idea detrás de un ETF es que replique un activo o una canasta de activos sin la necesidad de componer una cartera propia con los mismos ya sea por la complejidad en el armado y/o los costos involucrados para hacerlo. Por ejemplo, el SPY replica al indice S&P500 del NYSE.
Como las cuotapartes son activos con un precio propio que depende de las leyes de la oferta y demanda, el mismo precio no necesariamente refleja el valor de los activos subyacentes que tienen precio propio. De esta manera, se producen situaciones en las cuales un ETF cotiza en ‘premium’ o por arriba de su valor intrínseco, o en ‘descuento’ por debajo de su valor intrínseco.
Ejemplo: El ETF X está compuesto por los subyacentes A, B y C en partes iguales. Suponiendo que el precio de cada subyacente es $10, la sumatoria nos da $30. En el caso de ‘fair value’ (valor justo) la cuotaparte valdría $30, pero como esta cuotaparte tiene un mercado propio, puede valer $28 en descuento o $32 en Premium independientemente del valor de los subyacentes y en consecuencia de la oferta y demanda de ese ETF. En el caso de haber un desfasaje entre la valuación de la cuotaparte y el valor de los subyacentes, es donde los Participantes Autorizados entran en juego y arbitran el precio a través del singular proceso de creación/redención.
¿Cuáles son las ventajas de un ETF?
La principal ventaja que ofrece un ETF es la diversificación que ofrece. El inversor, al comprar solo una cuotaparte, está expuesto a la variedad y cantidad de activos que el ETF indexa en proporción al capital aportado. Paralelamente, el inversor puede shortear, comprar en margen y/o comprar una sola cuotaparte (ya que no hay mínimos de inversión).
Otra ventaja es que los costos de administración de un ETF suelen ser inferiores a los de un FCI debido a que la mayoría de ellos son de administración pasiva y se dedican exclusivamente a la replicación de índices. La compra y venta de las cuotaparte usualmente tienen el mismo costo que comprar o vender cualquier otro activo a través de una casa de bolsa o bróker.
Ejemplos de ETF
El ETF más popular de los mercados financieros es el SPY que indexa al S&P500. Tal es su popularidad y valor justo que es una referencia en cuanto al índice y permite un sinnúmero de operaciones paralelas que involucran derivados como futuros, opciones y ETFs alternativos (inversos o apalancados).
Paralelamente se encuentra el IWM, que indexa al Russell 2000, al DIA (MC:DIDA) que indexa al Dow Jones Industrial Average.
Existen ETFs agrupados por industrias como la petrolera con el OIH, la energética con el XLE, financiera con el XLF, biotech con BBH, etc.
A su vez, están los ETF que indexan commodities como el petróleo (USO), el oro (GLD), plata (SLV), gas natural (UNG), entre otros.
En el caso de Argentina existen dos ETF que indexan en mayor o menor medida al mercado argentino. Por un lado está el iShares MSCI Argentina and Global Exposure (AGT) y por otro el otro Global X MSCI Argentina (ARGT). Ambos cotizan en NYSE, y si bien no son instrumentos de notoria liquidez, los mismo ofrecen exposición del mercado argentino a inversores de todo el mundo.