El mercado de divisas es uno de los más grandes y más líquidos del mundo.
Las fluctuaciones en las valoraciones de las divisas también afectan en gran medida a las carteras de los inversores: por ejemplo, un inversor estadounidense que compre acciones japonesas también estará intrínsecamente expuesto al yen japonés.
Entonces, ¿cómo entender los movimientos y las valoraciones de las divisas?
Entremos en esta edición del Curso de Formación Macroeconómica de TMC, en la que vamos a tratar los fundamentos y factores más importantes de las valoraciones de las divisas.
Imagínese que nos adentramos en una crisis energética con una restrictiva política monetaria de la Reserva Federal y un dólar por las nubes, como en 2022, y que queremos clasificar las divisas mundiales (utilizando el dólar como denominador).
La tabla anterior hace precisamente eso basándose en la cuenta corriente, la balanza fiscal, la posición de inversión internacional neta (PIIN, por sus siglas en inglés), un índice que mide la vulnerabilidad de la deuda, las reservas netas de divisas y un indicador de la credibilidad de los responsables de la política monetaria.
Veamos por qué estos indicadores son importantes para el valor de las divisas.
La balanza por cuenta corriente estipula si el valor de los bienes y servicios exportados por un país supera (superávit) o es inferior (déficit) al valor de sus importaciones.
Debido a la subida de los precios de la energía, el mal funcionamiento de las cadenas de suministro y el impulso de la desglobalización, las divisas que dependían en gran medida de la energía barata importada y de las fuertes exportaciones fueron las que más sufrieron: el euro, la libra y el yen, por ejemplo.
Los países con un superávit por cuenta corriente estable (por ejemplo, Suiza) exportan más de lo que importan, y eso significa que acumulan más reservas de divisas que pueden utilizar para estabilizar su propia moneda.
Un buen indicador para seguir esta evolución es la relación real de intercambio, que es el cociente entre el precio de las exportaciones y el de las importaciones (más alto = mejor para la moneda).
Las reservas netas de divisas representan el arsenal de un país para estabilizar su moneda nacional frente a devaluaciones bruscas: cuanto mayor sea este arsenal, más fácil será detener la hemorragia.
Cuando el yen japonés estaba bajo presión e intentaba superar el nivel de 150 frente al dólar estadounidense, fueron las agresivas ventas de dólares estadounidenses procedentes de las reservas netas de divisas japonesas las que disuadieron a los vendedores de seguir adelante.
Si Japón exporta más de lo que importa, el país acumula reservas de divisas, que invierte en valores seguros y líquidos como los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Hasta aquí, todo bien.
Sin embargo, al realizar este análisis, hay que tener cuidado con el "neto": Japón también puede tomar prestados (¡!) dólares estadounidenses a través de los derivados de divisas o el mercado de repos, y estos dólares prestados compensan las reservas de divisas disponibles.
En general, cuanto mayores sean las reservas netas de divisas, más positivo será para la moneda nacional.
En septiembre, cuando los especuladores atacaban al yen, Japón podía cubrir 1,5 años (¡!) de importaciones vendiendo a la baja sus reservas netas de divisas.
Hasta ahora hemos hablado de bienes y servicios, de importaciones y exportaciones.
Pero nuestro mundo está muy financiarizado, por lo que el flujo de activos y pasivos financieros es muy importante: eso es lo que registra la posición de inversión internacional neta (PIIN).
¿Puede encontrar el valor atípico?
Cuidado con extrapolar demasiado a partir de esta métrica por sí sola. Como proveedor de la moneda de reserva mundial, Estados Unidos siempre tendrá más países extranjeros que inviertan en activos estadounidenses (bonos del Tesoro, acciones estadounidenses, etc.) que inversores estadounidenses que exporten capital al extranjero.
Dado que aproximadamente el 70% de las operaciones mundiales se realizan en dólares estadounidenses, estos dólares, ganados con tanto esfuerzo, vuelven a los mercados de activos estadounidenses, lo que contribuye a una PIIN negativa.
No obstante, es importante recordar que los países con una PIIN negativa son deudores financieros netos del resto del mundo y, por tanto, sus monedas nacionales son más vulnerables a la agitación financiera.
¿Qué ocurre con la política fiscal nacional y la deuda externa?
En lo que respecta a los fundamentos monetarios, un concepto clave que hay que entender es que, a pesar de recibir mucha atención mediática, la deuda pública denominada en moneda nacional es mucho menos problemática que la deuda privada o la deuda denominada en divisas.
Es mucho más fácil para un país soberano cubrir una gran cantidad de su propia deuda pública denominada en moneda local (Japón lleva décadas haciéndolo) que cubrir la deuda denominada en moneda extranjera (China no puede imprimir dólares estadounidenses) o para los hogares hacer frente a la deuda hipotecaria durante una crisis inmobiliaria.
Por lo tanto, hay que buscar las vulnerabilidades de la deuda externa y las tendencias de la deuda del sector privado: ¿adivinan dónde están los hogares más endeudados?
La credibilidad de los responsables de la política monetaria es otro factor importante de las valoraciones de las divisas.
Si los políticos y los banqueros centrales no fijan objetivos políticos creíbles y muestran su compromiso de alcanzarlos, los inversores se mostrarán reacios a invertir en sus países.
Por eso la Reserva Federal no va a elevar el objetivo de inflación del 2% al 3% a corto plazo. Antes de alcanzar realmente ese 2% de inflación y conservar la credibilidad, ésa no es una opción.
La credibilidad es el mayor activo de un responsable de política monetaria, así que mejor invertir en divisas, cuyos responsables de política monetaria son muy creíbles.
La razón por la que no he mencionado hasta ahora los diferenciales de los tipos de interés es que tienden a ser más relevantes para los movimientos a corto plazo de las divisas que como fundamento estructural de las valoraciones de las divisas.
Pero sí: los cambios rápidos en los diferenciales de tipos pueden tener un impacto relevante en las fluctuaciones de divisas a corto plazo.
Hasta aquí el capítulo del Curso de Formación Macroeconómica de TMC de hoy.
Y recuerden la mejor operación que existe: posicionarse en largo en la formación macroeconómica.
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Descargo de responsabilidad: Este artículo se publicó originalmente en The Macro Compass. Únase a esta vibrante comunidad de inversores macro, asignadores de activos y fondos de cobertura - compruebe qué nivel de suscripción le conviene más utilizando este enlace.