Este artículo se publicó en inglés el día 21 de noviembre de 2018
Ellen R. Wald
Sin duda el tema de conversación más apremiante entre los ministros de petróleo en la reunión de la OPEP que se celebra el 6 de diciembre en Viena, Austria, será la repentina caída de los precios del petróleo en octubre y noviembre. Tras un descenso de casi un 8% la semana pasada, los precios del petróleo siguieron bajando el martes.
A mediodía, el petróleo del WTI ya había perdido un 7% y el Brent casi un 8%. Ambos petróleos de referencia han perdido ya casi la totalidad de los logros alcanzados durante el año. Sin duda, ni un solo país miembro o no miembro de la OPEP está contento con el descenso de ingresos.
Por otro lado, la repentina caída de los precios ofrece una nueva ventaja a los líderes de la OPEP que han expresado su deseo de reducir la producción en las últimas semanas. Arabia Saudí, por ejemplo, puede utilizar ahora la caída de los precios como argumento de por qué otros países de la OPEP deberían ponerse de acuerdo para frenar la producción de petróleo y atenerse a las reducciones. Los bruscos descensos de precio no hacen más que contribuir al argumento de Arabia Saudí de que las reducciones de producción son necesarias para evitar que los precios sean aún más bajos en un futuro próximo.
Como de costumbre, es probable que sea difícil convencer a Irak de esta reducción de la producción, pero parece que Rusia ya ha accedido. El ministro de energía ruso, Alexander Novak, ha dicho que, junto con las empresas rusas, está considerando apoyar la reducción de la producción. Esta decisión probablemente será respaldada por el hecho de que la producción rusa por lo general disminuye durante los meses de invierno.
Arabia Saudí ya había anunciado una posible disminución de la producción de la OPEP de 1 millón de barriles al día. El grupo de miembros y no miembros de la OPEP podría contribuir con otra reducción de 400.000 barriles al día. En el conjunto general de los mercados mundiales del petróleo, eso no es mucho, pero puede desencadenar una subida de los precios en el mercado. Por otro lado, si se da mucho bombo a esta posible reducción demasiado pronto, antes de la reunión del 6 de diciembre, su impacto podría ser nulo.
La otra cuestión clave en la reunión bianual es la retórica que ha ido mostrando el presidente estadounidense Donald Trump desde la última reunión de la OPEP celebrada en junio. Trump ha ido presionando al cártel para que aumente la producción y hacer descender los precios.
Los precios han descendido efectivamente, pero Trump no ha cambiado públicamente su cantinela. Los traders estarán muy pendientes de las declaraciones del presidente Trump en la reunión de países miembros y no miembros de la OPEP en Viena y de si dichas declaraciones influyen en las decisiones de la OPEP.