El peso mexicano recorta parte de las pérdidas de ayer y después de que por momentos se depreció hacia $20.20 spot, actualmente cotiza alrededor de $20.05, con los operadores asimilando la gran referencia que han esperado durante toda la semana: el informe de empleo de Estados Unidos. Aunque se aceleró en mayo, sorpresivamente y por segundo mes consecutivo, la economía estadounidense generó menos empleos de lo pronosticado (559 mil vs. 675 mil). En sentido estricto, no es un reporte débil, sino que manifiesta las dificultades que están enfrentando las empresas para lograr mayores contrataciones.
Esto se refleja en una caída en la tasa de participación laboral (cantidad de personas que buscan empleo) y un incremento en los salarios (2.0% anual). Los inversionistas están analizando cuidadosamente los datos económicos para calibrar si podrían ser lo suficientemente fuerte como para forzar que la FED inicie el tapering antes de lo previsto (retirada de estímulos a través de una reducción de su programa de compra mensual de bonos).
Al salir el dato por debajo de lo esperado, se reducen las apuestas de un endurecimiento anticipado de la política monetaria, debilitando al dólar y beneficiando a los activos considerados de mayor riesgo. Localmente destaca que este fin son las elecciones intermedias. Si bien el tema ha pasado de forma imperceptible para el peso mexicano, las sorpresas pueden provocar volatilidad y ajustes temporales en la valorización y reciente tendencia de la moneda mexicana. Con ello, por el resto del día el tipo de cambio podría fluctuar entre los $19.94 y $20.10 spot (el euro entre $1.213 y $1.218).
Las principales bolsas en el mundo operan con resultados mixtos, moviéndose entre especulaciones de que los datos económicos provoquen un repunte de la inflación y obliguen a la FED a retirar sus estímulos.
Los mercados han conocido por fin el tan esperado informe de empleo de Estados Unidos de mayo, el cual en términos generales estuvo por debajo de lo esperado. La lectura que hacen los inversionistas es que se aleja un poco un posible adelanto del tapering (retirada de los estímulos) que se viene debatiendo en las últimas semanas.
La economía estadounidense generó 559 mil empleos, por debajo de los 675 mil esperados. Aunque no cumplió con la expectativa, si implica un rebote importante respecto a la cifra de abril pasado, cuando se generaron sólo 278 mil. La tasa de desempleo bajó a 5.8%, desde el 6.1% previo y los salarios subieron 2.0% anual.
Es probable que los actuales programas de apoyo al desempleo sigan actuando como un freno a los niveles de contratación en el mercado laboral estadounidense hasta que expiren en septiembre, en un momento en el que las vacantes ya están en niveles récord.
A pesar de ello, el reporte es positivo, aunque nada sorprendente. Es necesario ver una aceleración en la mejora del mercado laboral para considerar la recuperación completa, y es por ello que los datos de empleo son claves para tratar de anticipar en qué momento se anuncia y empieza a instrumentarse la retirada de estímulos monetarios. La FED se reúne el próximo 16 de junio. Previo a ello, el 10 de junio se publica la cifra de inflación de mayo, un indicador clave también para estas apuestas sobre los próximos pasos del banco central estadounidense.
En este sentido, ayer el presidente de la FED de Nueva York, John Williams, declaró que la economía estadounidense aún está lejos del punto en el que el banco central podría retirar su apoyo, aunque tiene sentido que los funcionarios comiencen a discutir sus opciones para ajustar la política.
En México, este domingo 6 de junio se llevan a cabo las elecciones intermedias. La cotización del peso mexicano y los operadores cambiarios tienen incorporado el hecho de que la coalición de Morena no logrará la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, por eso el tema prácticamente ha pasado desapercibido. Sin embargo, las sorpresas pueden provocar volatilidad y ajustes temporales en la valorización y reciente tendencia de la moneda mexicana. Las sorpresas serían que sí obtengan mayoría calificada o que la coalición pierda más escaños de lo esperado.