Editorial
Fue una semana de transición para la mayoría de los activos financieros, sin grandes catalizadores y con los operadores enfocados en asuntos como la reunión del Banco Central Europeo, institución que mantuvo sin cambios su política monetaria y no hubo novedades de calado; cifras económicas en EE.UU., en particular las solicitudes iniciales de desempleo las cuales sorpresivamente retrocedieron, una muestra de que la recuperación del mercado laboral estadounidense se mantiene firme; aumento de casos de COVID-19 a nivel global, situación que tiene el potencial de afectar negativamente el crecimiento económico mundial y; la temporada de reportes corporativos correspondientes al 1T21, que en términos generales las empresas hasta ahora han publicado cifras mejor a lo esperado.
Localmente, lo más destacable fue la cifra de inflación al consumidor durante la primera quincena de abril, donde la tasa anual se ubicó en 6.05% su nivel más alto desde diciembre de 2017.
Aunque este nivel de inflación parece que sería el más alto que se vaya a registrar durante todo 2021, difícilmente bajará de 4.0% en lo que resta del año, por lo que prácticamente se le cierra a Banxico la oportunidad de volver a recortar su tasa de fondeo e incluso se comenzará a especular con la posibilidad de aumentos para contrarrestar cualquier expectativa de mayor inflación.
En términos generales, la alta liquidez financiera en el mundo, producto de las políticas monetarias y fiscales expansivas; el buen funcionamiento de las vacunas contra el COVID-19, que hace muy factible que en cuestión de meses la pandemia pueda estar bajo control y una temporada de reportes corporativos correspondientes al primer trimestre del 2021 mejor a lo esperado, son factores que seguirán incidiendo de forma positiva en la mayoría de los activos de mayor riesgo.
Sin embargo, en el ínter, el escenario presenta riesgos que pueden provocar toma de utilidades y desvíos de rachas alcistas.
Con relación a la pandemia, el aumento en los casos de COVID-19 tiene el potencial de perjudicar el crecimiento económico global.
En el mundo, el número de contagios diarios ya superó el alcanzado a inicios de año. India continúa reportando cifras récord mundial de nuevos casos diarios; Japón podría implementar nuevas medidas restrictivas para hacer frente a una ola de contagios a tal grado que los Juegos Olímpicos podrían estar en riesgo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también advirtió sobre un aumento de los contagios en Argentina, Turquía y Brasil.
Por su parte, tanto la FDA en EE.UU., como la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) han comunicado que mantiene su apoyo a la vacuna de Johnson & Johnson (NYSE:JNJ) dado que los beneficios son superiores a los riesgos., para luego borrar gran parte de las ganancias y concluir con una ligera apreciación respecto hace dos semanas.
La excusa fundamental para esta corrección fue el aumento de casos de COVID-19 en Asia, sobre todo en India y Japón, lo que pone en duda la solidez de la recuperación económica global. Dado lo anterior, es de esperarse que la moneda mexicana retome su senda favorable y de fortalecimiento en los siguientes días.
En la Eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios su política monetaria, no hizo anuncios de calado y se limitó a seguir el guion marcado en la cita de marzo, cuando respondió con una aceleración de las compras de deuda ante el aumento de las tasas de interés de los bonos soberanos.
El BCE mostró una vez más su compromiso con el mantenimiento de unas favorables condiciones financieras que sigan contribuyendo a la recuperación económica, especialmente en el contexto actual de extensión de restricciones a la movilidad debido a la evolución de la pandemia que generan riesgos a corto plazo sobre las expectativas de recuperación económica.
El encuentro de la semana fue uno de transición hacia el de junio, que se prevé de mucha más trascendencia puesto que será el momento en que el BCE actualizará su cuadro de previsiones económicas y en el que revisará su programa de compras antipandemia.
En materia económica, a pesar de que EUA todavía tiene mucho camino que recorrer, el mercado laboral estadounidense sigue recuperándose paulatinamente. Las cifras de solicitudes iniciales de desempleo así lo demuestran, marcando mínimos de la pandemia.
Por su parte, el precio internacional del petróleo tuvo una semana negativa por la preocupación de que el aumento de los casos de coronavirus afecte a la demanda de combustible en el tercer mayor importador de petróleo del mundo (India) y por el alza sorpresiva de los inventarios de crudo en Estados Unidos se sumó al tono negativo.
En México, los precios al consumidor sorpresivamente registraron un aumento en la primera quincena de abril. Generalmente, debido a los ajustes en las tarifas eléctricas dentro del esquema de temporada cálida en 18 ciudades del país, abril se caracteriza por caídas en precios. Dado lo anterior, la tasa anual sube a 6.05%, su mayor nivel desde diciembre de 2017.
Esto se explica en gran medida debido a “un efecto base”, ya que el año pasado con las restricciones por la pandemia, el nivel de precios retrocedió de forma significativa. Con estos niveles de tasas, difícilmente Banxico se atrevería a recortar su tasa de fondeo en el mediano plazo. Incluso, aumentarán las voces entre analistas y operadores de que el siguiente movimiento de la autoridad sería de alza en la tasa de interés de referencia.
El peso mexicano operó errático, pero en un rango acotado y sin tendencia clara. Por momentos al inicio de la semana se ubicó en su mejor nivel desde enero pasado, para luego borrar gran parte de las ganancias y concluir con una ligera apreciación respecto hace dos semanas.
La excusa fundamental para esta corrección fue el aumento de casos de COVID-19 en Asia, sobre todo en India y Japón, lo que pone en duda la solidez de la recuperación económica global. Dado lo anterior, es de esperarse que la moneda mexicana retome su senda favorable y de fortalecimiento en los siguientes días.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Las principales referencias para los mercados financieros globales serán la reunión de política monetaria de la FED, así como la cifra del PIB estadounidense correspondiente al primer trimestre de 2021.
Adicionalmente, en EE.UU. se publicará de marzo: órdenes de bienes duraderos, inventarios al mayoreo, ventas pendientes de casas e ingreso y gasto personal; de abril: actividad manufacturera de la FED de Dallas, índice de confianza del consumidor medido por el Conference Board, índice manufacturero de la FED de Richmond y sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, habrá dato de PIB del primer trimestre; confianza económica y del consumidor y estimación de inflación de abril. En Alemania, índice de clima de negocios (IFO) de abril. En Asia, de Japón, reunión de política monetaria del Banco de Japón y producción industrial de marzo; de China, PMI de servicios, manufacturero y compuesto de abril.
En México, conoceremos el IGAE de febrero y balanza comercial de marzo.
Expectativa para el tipo de cambio
El peso mexicano intentará retomar su senda positiva de las últimas semanas y en gran parte dependerá de los mensajes e interpretación que se haga del comunicado y conferencia de prensa con los resultados de la reunión de la FED.
La autoridad estadounidense seguirá con su discurso de que los estímulos monetarios se mantendrán por un tiempo prolongado, que la recuperación económica está tomando forma, pero que todavía están lejos de los objetivos de pleno empleo y que las presiones inflacionarias que se puedan presentar serían temporales. Hasta el momento, la FED ha logrado transmitir esos mensajes de forma exitosa hacia los operadores de los mercados financieros.
Si esta situación continúa así, es probable que la moneda mexicana pueda retomar su rally de ganancias. Por su parte, la economía estadounidense se expandió a un ritmo acelerado en el primer trimestre, en gran parte apoyada por los estímulos fiscales y la reducción de restricciones a la actividad económica.
Existen altas probabilidades de que la cifra aumente el optimismo y la búsqueda de activos de mayor riesgo, favoreciendo al peso mexicano. Po otro lado, el tema de la pandemia de COVID-19, en particular el reciente aumento acelerado en el ritmo de contagios diarios en el mundo, podría frenar un poco el ímpetu de los inversionistas, conforme ponderan sus implicaciones en los planes de reactivación económica de algunas zonas, como Asia y Europa.
Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $19.70 y $20.15 spot.
Expectativas para las tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar un alza o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.65% – 6.85%.