Cuando hablamos de metales lo primero en lo que pensamos es en el oro y la plata. Sin embargo, hay muchos de ellos que tienen un uso industrial importante y que pueden sacar provecho si 2017 es el año de la recuperación. Te presento uno de ellos.
La inflación ha sido insoportablemente alta en los últimos años. Tal es así, que todo valor monetario de baja denominación es prácticamente detestado y ha perdido noción de ser.
Esto ocurre principalmente con las monedas de circulación legal
Cada vez menos gente las considera dinero útil y trata de evitarlas. Me ocurre a mí en muchas situaciones cuando compro algún bien y me dan monedas de vuelta. No las quiero y las dejo olvidadas en un cajón.
Sin embargo, las monedas más pequeñas tienen una particularidad especial. El valor de los metales con los que están hechas es más grande que el valor nominal, por lo que si no fueran monedas de curso legal uno podría fundirlas, vender los metales y sacar más dinero que el que realmente expresan.
Los componentes principales son el cobre y el níquel.
Precisamente estos metales han dado un gran salto en el último mes de noviembre. Sobre todo ha sido realmente espectacular la evolución del segundo, donde la tonelada métrica de níquel pasó de 10.300 dólares a inicios de noviembre a los 11.600 actuales.
Se trata de un salto de 12,6% en apenas cinco semanas.
Se trata de un avance muy importante, aunque los valores actuales poco tienen que ver con los casi 50.000 dólares por tonelada métrica que cotizaba el metal antes del colapso económico global de 2008.
El 65% del níquel consumido a nivel global se emplea en la fabricación de acero inoxidable austenítico y otro 12% en superleaciones de níquel. El 23% restante se reparte entre aleaciones, baterías recargables, catálisis, acuñación de monedas y recubrimientos metálicos.
Como se observa, el uso de este metal está muy atado a la actividad económica global.
Entonces, ¿por qué ha subido tanto en tan pocos meses?
Una combinación de factores, principalmente dos, es lo que está impulsando a este tipo de metales industriales a una recuperación no vista desde hace por lo menos cinco años.
El primer factor fue la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Este país representa el 25% de la economía global y conociendo las intenciones del lanzamiento de un gran programa de infraestructura por parte del candidato republicano electo es de esperar que la demanda de estos metales se incremente a buen ritmo.
El otro factor se llama China
La segunda economía mundial fue objeto de severas proyecciones apocalípticas durante muchos años sobre la posibilidad de un "aterrizaje forzoso" de su economía (el famoso hard landing).
Sin embargo, el Gobierno de ese país ha tenido éxito en desarrollar una transición ordenada para pasar de tasas de crecimiento anuales en torno al 9% a las actuales 6,5% / 7% en promedio.
De hecho, en los últimos meses hemos visto que la actividad manufacturera en el gigante asiático ha comenzado a traccionar positivamente de nuevo, lo que sugiere que la actividad podría estar volviendo a tomar un buen ritmo.
El indicador PMI, que se muestra en el gráfico, mide el nivel de actividad manufacturera de un país. Una lectura por encima de los 50 puntos indica que está en terreno de expansión, mientras que por debajo de ese nivel indicaría contracción.
Prácticamente en todo 2016 el PMI chino ha estado en zona de expansión.
Esto dos drivers motorizan el níquel como una opción de inversión.
Claro está que los riesgos de esta apuesta son los mismos que impulsan hoy el buen momentum del metal:
1. Que Trump no cumpla con su promesa de campaña en términos del gran programa de infraestructura.
2. Que China finalmente enfrente una restricción en su crecimiento. Como la demanda de níquel está muy ligada a la demanda de acero y China consume el 51% de lo que se produce en el mundo, el gigante asiático es determinante.
¿Cómo jugar esta opción?
La apuesta más convencional es el ETF iPath Bloomberg Nickel Subindex Total Return ETN (JJN) que refleja la evolución del precio del metal directamente.
La otra alternativa, algo más agresiva, es buscar una empresa minera con fuerte producción de níquel que pueda sacar provecho de este contexto.