Wall Street acabó prácticamente sin cambios, en una jornada extraña y mixta. Desde luego que pese a que hubo pocos cambios no fue una sesión fácil: en el mercado petrolero, el barril de WTI voló un 3.1% y cerró justo debajo de los 60 dólares el barril; en el mercado de bonos, la tasa a 10 años de Estados Unidos subió 4 pbs y cerró en 2.42%, la tasa más elevada desde septiembre de 2014, en tanto la de Alemania se disparaba a 0.95%; en Europa, las bolsas retrocedían por sexta jornada consecutiva, la peor racha desde diciembre, ante la incertidumbre con Grecia; en Estados Unidos, el dato de apertura de puestos de trabajo (JOLTs) confirmaban la buena salud del mercado laboral y da más argumentos a la Fed para subir tasas este año.
Los activos están caros, entre ellos las bolsas, y los inversionistas empiezan a recelar del riesgo, por lo que empiezan a alejarse. Por supuesto, le tienen miedo a la Fed. Y tampoco les gusta el rumbo que está tomando el asunto de Grecia. El mercado de bonos soberanos se está haciendo pedazos y, lo que es peor, empieza a contagiar a otros segmentos de la renta fija, como los bonos de alto riesgo, o especulativos.
Quizás el mercado de bonos sea el que más inquietud despierta ahora mismo. El capital sale a toda prisa de los principales fondos negociables en el mercado (ETFs) indexados a los bonos del Tesoro. De uno de ellos, el iShares 20 + Year Treasury Bonds ETF, cuyo valor de capitalización es de 4,300 millones de dólares (mdd), han salido 1,700 mdd en las últimas seis semanas terminadas el viernes pasado, lo que es casi el 30% de su valor de mercado, y las peores seis semanas desde que se creó en el 2002.
En ese período, las tasas de los bonos de largo plazo de Estados Unidos han trepado con fuerza ante las expectativas de que la Fed pueda subir este año. El 22 de mayo, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, advirtió que la Fed estaba en la ruta de subir tasas este año (el FMI, la semana pasada, recomendó a la Fed demorar una subida de tasas hasta el año que viene). Cada vez la percepción es mayor de que las ganancias en el mercado de bonos se ha terminado, a las puertas de que la Fed empiece a subir las tasas de interés.
Lo malo es que también los bonos especulativos empiezan a resentirse: desde finales de mayo, los ETFs de bonos especulativos o bonos basura, ha perdido un 1.5%, y 1,500 mdd han salido de sus dos mayores ETFs en la última semana.
En medio de ese nerviosismo, Wall Street detuvo los retrocesos de los días recientes. El Dow Jones cerró plano, con una modesta caída de 0.01%, en los 17,764.04 pts, y el Nasdaq retrocedió un 0.15% a los 5,013.87 pts. El S&P 500 logró apenas sacar la cabeza un 0.04%, para cotizar en los 2,080.15 pts. Desde su récord del 21 de mayo, el S&P’s 500 ha cedido un 2.6%. En el año, el Dow Jones ayer borró las ganancias acumuladas en el 2015 y pierde un 0.3%. Sin embargo, el S&P’s 500 obtiene un rendimiento de 1.1% en este año y el Nasdaq de 5.9%.
Por sectores, tampoco hubo muchos movimientos. El que más subió fue el de consumo básico (+0.5%) y el que más bajó fue el de servicios de telecomunicaciones (-0.2%). El sector transporte, sobre todo las aerolíneas, salieron hoy mal paradas ante el brusco avance del petróleo: la líneas aéreas bajaron un 1.3% debido a una caída de 4.2% de Southwest Airlines.
En el sedctor tecnológico, Apple (NASDAQ:AAPL), que llegó a perder más de un 1%, al final cedió un 0.3% para acabar en los 127.42 dólares. Aun así, la acción ha descendido en las últimas cuatro jornadas.