El oro recuperó su brillo en el cierre de la semana y subió más de $10, alcanzado $1590 la onza. El metal dorado podría conseguir el cierre diario más alto desde 2013, apoyado en la caída de Wall Street y en la demanda por activos de refugio.
Los temores por el impacto del coronavirus en el crecimiento económico mundial siguen presionando a la baja las acciones alrededor del mundo, impulsando los activos de cobertura. Además, el dólar, pese a subir frente a las monedas emergentes y las ligadas a commodities, cayó contra las europeas, limitando las correcciones en el XAU/USD. La suba de los bonos del Tesoro es otro factor positivo para el metal. La tasa a 10 años descendió a 1.53%, nivel visto por última vez en octubre.
El oro rebotó desde $1570 y supero ligeramente los máximos del lunes, acercándose nuevamente a la zona psicológica de $1600 y ratificando el sesgo alcista de corto plazo, en coincidencia con la tendencia dominante.
En lo que respecta al análisis técnico, el XAU/USD está desafiando una vez más el techo del rango actual alrededor de $1590. En caso de quebrar y consolidarse sobre el mismo, podría probar el nivel de $1600, para luego poner la atención en los máximos de casi siete años en $1611, pico alcanzado a principio de mes. En el gráfico diario, el RSI se muestra sin una dirección clara en zona de sobrecompra, mientras que el indicador de Momentum rebotó antes de llegar a 100 y se muestra alcista.
La perspectiva positiva de corto plazo cuenta con un soporte clave en la media móvil de 20 días en $1557 que a la vez se encuentra muy próxima a una línea alcista. Esto implica que de confirmarse una caída por debajo de $1555, podría favorecer un retroceso más pronunciado. Antes del mencionado nivel hay dos barreras importantes en $1570 y $1562.