Según el Banco Central de Costa Rica (BCCR), la dolarización del crédito “pone de manifiesto la falta de internalización del riesgo cambiario en las decisiones de deudores y prestamistas y adiciona vulnerabilidades al sistema financiero”.
En virtud de lo anterior, se han tomaron diferentes medidas para reducirlo, como son la implementación de un encaje a los créditos que mantienen los bancos con fuentes externas y hasta medidas macro prudenciales que obligan a las entidades financieras a estimar un monto mayor si se da un crédito en dólares a no generadores de esa divisa.
A pesar de ello, durante 2015 el mayor crecimiento del crédito se dio en moneda extranjera, un 14% contra un 9,8% en colones. Eso debido a que el fondeo en dólares es más barato que en colones y a que la expectativa de devaluación del colón era baja, pero también parece existir una percepción de que el tipo de cambio es más estable, lo que impulsa a los costarricenses a tomar créditos en moneda extranjera. ¿Es esto cierto?
Un análisis realizado por Aldesa encontró que el comportamiento de los últimos años respalda la percepción. Al analizar la desviación estándar, una medición de volatilidad, para esos cinco años se encontró que fue la Tasa Básica Pasiva (TBP) la que presentó mayores movimientos, con una desviación del 16% versus una del 4% del tipo de cambio, desempeño que se mantiene al analizar cada uno de los años por separado.
De igual forma, si se analizan los dos episodios donde los indicadores han presentado la mayor subida, el movimiento en la TBP fue superior. En 2012 la Tasa Básica Pasiva pasó del 8% al 11%, un movimiento del 38%; lo que contrasta con el mayor movimiento del tipo de cambio en 2014 que fue del 12% (cuando pasó de los ₡500 a los ₡560 por US$). Un movimiento en el tipo de cambio en 2014 de la magnitud del de la tasa hubiera llevado al tipo de cambio a los ₡687 por dólar.
Asimismo, si bien es cierto que uno ha sido más estable que otro, es importante señalar que el riesgo existe, y cuando se toma un crédito en dólares es importante realizar escenarios de estrés, que permitan conocer los efectos sobre las cuotas de diferentes tipos de cambio, así como subidas de tasas en dólares.