Si existe una manera bien distinguible para realizar inversiones que terminen teniendo retornos extraordinarios, esa manera es ir en contra de la corriente y comprar cuando todo el mundo vende. Comprar aquello que ha caído en desgracia, que es odiado, que está totalmente "fuera de moda".
A 7 años del día en que se produjo el accidente nuclear de Fukushima en Japón, el uranio sigue siendo el metal más odiado, aún cuando el mundo demanda cada vez más energía, y la energía nuclear es la más eficiente, limpia y segura de todas las existentes. Para los que tienen dudas, esta tabla indica la cantidad de muertes ocasionadas en las diferentes generaciones de energía:
Los datos son contundentes: un 40% de la energía producida en el mundo se hace a través del carbón, que es por mucho la forma más sucia y riesgosa de generar energía y sólo un 11% se hace a través de la energía nuclear, que es la menos riesgosa y de las menos contaminantes.
¿Qué podemos decir de la eficiencia del uranio? Aproximadamente se pueden generar 8 kWh de calor con 1kg de carbón, 12 kWh con 1kg de petróleo mineral y 24,000,000 kWh con 1kg de uranio-235.
¿Por qué habría de aumentar la demanda de uranio?
En 2011, luego del accidente de Fukushima, Alemania anunció que cerraría todas sus plantas nucleares para diciembre de 2022. Desde entonces cerró 8 de sus 17 reactores nucleares. Pero, ¿con qué reemplazaron esa energía que dejaron de producir? Con lignito (un tipo de carbón mineral muy contaminante) y con importación de energía de Francia y Polonia (que la producen con reactores nucleares).
Pero hay un problema extra para Alemania: obtiene el 40% del gas natural que consume de Rusia y esto molesta a los EEUU, que promete sanciones a las compañías de energía que hagan negocios con Rusia. Todo indica que Alemania encontrará una excusa para volver a poner en marcha sus reactores nucleares.
Pero esta historia no tiene que ver solamente con Alemania. Japón, luego de la tragedia de Fukushima, reabrió 8 plantas nucleares y tiene 30 nuevas plantas en etapa de aprobación. China se ha convertido en el país que más rápido expande su capacidad de generación a través de la energía nuclear: tiene 38 reactores en funcionamiento y 19 en construcción. Rusia tiene 7 reactores nucleares en construcción; India tiene 6 en construcción; Corea del Sur tiene 3 en construcción. La tendencia es clara.
¿Qué hacer? ¿Cómo invertir en uranio?
La manera de invertir en uranio es comprando las compañías mineras que se dedican a su extracción. Afortunadamente, se puede invertir en el Global X Uranium ETF (URA) (*) que está compuesto exclusivamente por compañías que se dedican a la minería de uranio.
(*) Exchange Traded Fund es un fondo con cotización diaria que puede comprar/vender en cualquier momento al igual que si fuera una acción.
Las principales 10 compañías en las que invierte este ETF son:
¿Cómo le ha ido a este ETF a lo largo del tiempo?
Desde el máximo del 2011, este conjunto de empresas mineras de uranio está un 90% abajo. La recomendación es muy sencilla: comprar este ETF del metal más odiado del mundo, y esperar retornos del 100% en los próximos 2-3 años.
Vale aclarar que acá estamos haciendo una apuesta de "value" y no de tendencia. En algunos casos, eso tiene sentido. No estamos apostando a que tal o cual empresa no quiebre, sino que estamos apostando a que se reactive un sector que representa el 11% de la generación global de energía y que fue severamente castigado luego de que el último tsunami que sufrió Japón ocasionara la tragedia nuclear de Fukushima. Queremos comprar lo odiado.
Por último, si estamos a la búsqueda todo lo más odiado, también a que temerle a lo más amado. Facebook (NASDAQ:FB), Amazon (NASDAQ:AMZN), Netflix (NASDAQ:NFLX), Google (las llamadas FANG), son acciones de las que hay que alejarse si uno invierte con un horizonte mediano. Al mismo tiempo, luego del blanqueo de Argentina en el 2016, muchos participantes han comprado bonos argentinos para evitar pagar impuestos. Ese es probablemente uno de los trades más sobrepoblados (overcrowded) del momento, lo que significa garantía de grandes pérdidas en un plazo de dos años desde aquí.