Las acciones de Wall Street se desplomaron cerca de un 6% en una jornada de menor apetito por riesgo, gatillado por una fuerte toma de ganancias tras un rally iniciado a fines de marzo que llevó al índice S&P 500 a subir cerca de un 45% en dos meses y medio, llevando a las acciones de EEUU a niveles de sobrecompra.
Sin datos fundamentales claros que justificaran nuevos máximos para las acciones de EEUU, comenzamos a ver algo de pérdida de impulso en sesiones previas, con una clara confirmación de venta en la sesión del jueves.
Esta corrección por toma de utilidades podría llevar al índice accionario en busca de su media móvil de 200 semanas en torno a los 2.700 en el corto plazo, lo que representa un ajuste adicional de un 10% desde los niveles actuales.
El nuevo escenario llama a reducir la exposición a renta variable global a la espera de confirmar nuevas señales de compra.
