A falta de una hora para el cierre, Wall Street se mueve poco. El mercado anda cauteloso, porque aún no sabe qué va a pasar con la Fed en la reunión del 21 de septiembre. Sospecha que la Fed no tiene intenciones de subir tasas en septiembre. Pero la razón no es tanto la economía sino la política: Donald Trump anda al acecho de la presidencia y una subida de tasas, con los riesgos de volatilidad que entraña para los mercados, podría darle alas camino a la Casa Blanca. Y no creemos que Janet Yellen quiera dar un disgusto a Hillary Clinton. Por tanto, y aunque sigan llegando buenos datos para la economía, dudamos que la Fed se arriesgue a incrementar las tasas de interés.
Sin embargo, será hasta dentro de tres semanas, cuando se publiquen las minutas de la Fed, cuando sabremos el temple en el seno de la Fed. No hay que olvidar que en la reunión de ayer hubo una disidente: la presidenta de la Fed de Kansas City, Esther L. George.
Ahora bien, los mercados sospechan que si hubieran querido indicar un alza de tasas para septiembre habrían mandado una señal más contundente para mover al mercado a su favor, para que los inversionistas empezaran a incorporar un alza de tasas en las valuaciones. Nada de eso pasó. Por el contrario, los futuros de los fondos federales se han movido en contra de un alza de tasas. Si el miércoles, antes de la decisión, asignaban una probabilidad de un 29% a una subida de tasas en la reunión de septiembre, ahora es de un 26%. Para la reunión de diciembre, la probabilidad se redujo de 50% a 45%.
Ahora bien, veremos cómo reaccionan mañana los mercados al dato del PIB de Estados Unidos. Se espera que la actividad rebote con fuerza. El consenso estima un aumento en el PIB de 2.6%, bastante por encima de la cifra de 1.1% en el primer trimestre. Nuestra estimación es un poco más alta, de 2.8%. El gasto de consumo, que apenas aumentó un 1.5% en el primer trimestre, podría acelerarse a algo cercano al 4.5%.
Pero mañana hay muchos más asuntos: hay reunión de política monetaria en Japón. Allí, el Banco de Japón, que se esperaba actuara con contundencia con el fin de promover nuevos estímulos monetarios, ha visto reducida su necesidad luego de que el primer ministro Shinzo Abe, tras ganar las elecciones legislativas, anunciara un agresivo paquete de política fiscal con el fin de reactivar la economía. Eso ha provocado una continua apreciación del yen, más con el comunicado de la Fed de ayer y la expectativa de que no suba en septiembre.
También estarán los resultados del test sobre la banca europea. Veremos qué tal salen las grandes instituciones de la Eurozona, sobre todo los italianos. Hoy Europa cerró hoy con pèrdidas. El Ibex-35 de Madrid se hundió un 2.1%, no sólo por el temor sobre la banca española, sino también por el bloqueo que existe para poder constituir gobierno el candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy. Los bancos salieron mal librados: Santander (MC:SAN) bajó un 4.0%, Bankia (MC:BKIA) un 3.7%, CaixaBank (MC:CABK) un 3.6%, BBVA (MC:BBVA) otro 3.6% y Banco Popular (MC:POP) un 2.7%. Italia corrió un poco la misma suerte: la bolsa de Milán se despeñó un 2.0%. Más moderadas fueron los descensos del Cac-40 de París (-0.6%) o del Dax de Fràncfort (-0.4%). El ftse-100 de Londres cedió un 0.4%.
También mañana se publica el PIB de México para el segundo trimestre. El consenso espera un aumento de 2.4%, una ligera desaceleración respecto a la tasa de 2.6% en el primer trimestre. Nuestra expectativa es que repita la misma tasa de 2.6%.
La semana que viene, por otro lado, habrá reunión de política monetaria del Banco de Inglaterra. Allí se espera que recorten las tasas de interés para amortiguar el impacto del Brexit. Hoy, la libra esterlina cede un 0.6%.
Al cierre de hoy tendremos los resultados de Amazon (NASDAQ:AMZN) y de Google. Entre tanto, el Dow Jones cede un 0.1%, el S&P’s 500 avanza un 0.1% y el Nasdaq un 0.2%. El día después de la Fed, al menos en la bolsa de Nueva York, significó poco.