Cuando China anunció que el comenzaría un proceso de reestructuración en su modelo económico la preocupación llegó a los mercados. Su principal objetivo es pasar de una economía intensiva en exportaciones e industria a una intensiva en servicios y fortalecida a través de la demanda interna, lo cual se encuentra en buen camino, pues los servicios representan ya casi el 57% del PIB, un 2% más que el año anterior.
Debido a la transición, las acostumbradas cifras de crecimiento de dos dígitos pasarían a ser más modestas, lo cual según el Fondo Monetario Internacional llevó el crecimiento del 2015 a 6.8% y se proyecta en 6.3% y 6.0% para este y el próximo año, niveles similares a los previstos por las autoridades.
Para el 2016, el crecimiento trimestral fue de 6.7%, en medio de un complicado inicio de año en los mercados. El principal motor para que el país mantenga niveles aceptables de crecimiento, se debe a los estímulos de liquidez y fiscales que las autoridades emprendieron en la economía. Dichos estímulos continúan, recientemente se anunció un programa para estimular el crédito en los gobiernos locales, donde en muchos de los casos implica la recomposición de deudas a plazos mayores y amortiguar la carga de la deuda actual.
Las autoridades lanzaron un mensaje de calma a los mercados, estableciendo que la economía aún puede seguir creciendo gracias al endeudamiento. Según cifras del Banco de Pagos Internacionales, la deuda de China como porcentaje del PIB alcanza el 248.6%, similar al de Estados Unidos y menor a la deuda de la Zona Euro (269%) y Japón (387.1%). Sin embargo, es un nivel de endeudamiento mucho mayor al de otras economías emergentes, con las cifras de crecimiento más importantes desde la crisis del 2008 y que continúa con la tendencia.
Parte de la liquidez, que ha sido utilizada en crédito, dio paso para que muchos de los recursos fueran prestados a proyectos no rentables, incrementando los niveles de morosidad y donde la deuda corporativa como porcentaje del PIB supera el 160%.
Las autoridades dieron un mensaje de confianza, explicando lo anterior como un hecho temporal en medio de la transición económica. Lo cierto del caso es que debe darse especial atención al endeudamiento de algunos sectores y empresas, como un condicionante crítico al tomar la decisión de invertir en sus activos.