Una de nuestras premisas para este año es que la divergencia en las políticas macroeconómicas de los principales bancos centrales del mundo influiría en los mercados y en la cotización de las monedas. Ante la decisión de la Reserva Federal (Fed) de mantener sin cambios su tasa de política es importante retomar el tema y preguntarse si implica un cambio en la tendencia, es decir, si ambos bancos van ahora en la misma dirección.
La respuesta corta es “no”, a continuación explicamos las razones.
El euro en los últimos años ha mostrado una alta resistencia a la crisis de deuda que impactó a los países de la zona, manteniéndose incluso por encima del nivel de US$1,20, cuando algunos especulaban su fin en 2012. Por otro lado, la divergencia entre los caminos que toman la Reserva Federal y el Banco Central Europeo es la que ha logrado debilitar la moneda de forma importante.
En los últimos meses, mientras en Estados Unidos se discutía una potencial subida de tasas, en Europa se han inyectado unos 400 mil millones de euros (US$444 mil millones) mediante compras de bonos de gobiernos.
El euro débil ha ayudado a sacar a la zona euro de un periodo bastante oscuro, impulsando al sector exportador y al turismo, por lo que es comprensible que las autoridades europeas quieran que la moneda se mantenga así.
La semana pasada dos altos miembros de ese banco central no solo insinuaron que esta divergencia se mantiene, sino que están preparados para alterar el programa de compra de bonos si las condiciones lo ameritan. “Las trayectorias monetarias en la zona euro y de Estados Unidos son muy diferentes” dijo Benoît Cœuré, un influyente miembro del Banco Central Europeo. Estas declaraciones aumentaron la posibilidad de una extensión de su programa de compra de bonos más allá de setiembre 2016.
Tales señales están haciendo que el euro pierda un 1% de su valor durante este lunes, manteniéndose por debajo de los US$1,12, ya que poco de esto puede atribuirse a las elecciones en Grecia, donde volvió a ganar el partido de izquierda Syriza, o la posibilidad de un voto a favor de la independencia de Cataluña en España.