En el Programa Macroeconómico 2017-2018, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) establece algunos riesgos externos a los que, según la entidad, se enfrenta la economía costarricense, los que en Aldesa consideramos es poco probable que se materialicen y, por lo tanto, no afecten las proyecciones de crecimiento de 4.1% e inflación dentro del rango meta del 3 ±1% para este 2017.
Al Central le preocupan principalmente dos temas: un crecimiento global menor al esperado y la evolución del precio de las materias primas. En cuanto al primero, si la economía global se desacelera en el transcurso del año, similar a lo ocurrido en meses anteriores, afectaría el crecimiento de nuestros principales socios comerciales y, de ese modo, nuestra demanda externa.
Sin embargo, es posible que con el nuevo gobierno de los Estados Unidos y la implementación de los planes de estímulo de Donald Trump, la economía norteamericana crezca más y genere más empleo, lo cual tiene efectos positivos para el resto del mundo, a expensas, eso sí, de lo que paralelamente podría ocurrir con otras medidas de Trump en materia comercial.
Además, el otro actor importante, caso de China, continuaría con un crecimiento similar al del 2016, como parte de la transición en su modelo económico sin crear desequilibrios adicionales.
De igual forma, el BCCR consideró precios mayores de las materias primas, y aunque deja ver que podría tener alzas mayores ante conflictos geopolíticos o efectos en el precio del petróleo por los acuerdos de la OPEP, lo que complicaría el control de inflación, esto es poco factible, pues como mencionamos en otros artículos, los recortes de producción de la OPEP serían contrarrestados con una mayor producción de los productores estadounidenses, mientras que por el lado de la demanda, tampoco habrían presiones significativas, de forma que el precio del petróleo no debería tener presiones significativas.
Con lo anterior, el BCCR no tendría inconvenientes adicionales para alcanzar los objetivos macroeconómicos planteados al considerar la evolución de la coyuntura internacional, lo cual es positivo para el manejo de su política macroeconómica.