Vuelvo a hablar con E. J, analista de la City londinense.
"El dinero no quiere riesgos de ningún tipo. Tampoco, los riesgos políticos y teme más lo que sucede en Europa, que lo que pueda suceder en Estados Unidos. Ya de vuelta de vacaciones, insistimos en el factor político en Portugal y en España en estos momentos. Política, también, en Reino Unido respecto a su papel en Europa después del Brexit. Política en apenas dos años en Alemania, Francia e Italia. Política, también, en EE.UU., claro. Y política a nivel regional pronto en España. Política y más política....¿hasta qué punto los bancos centrales pueden trabajar al margen de todos estos riesgos políticos? ¿hasta qué punto toda esta incertidumbre política no está afectando de forma negativa a la economía? Naturalmente, su impacto en los mercados financieros es limitado mientras la estabilidad financiera siga siendo una prioridad para la política monetaria. De ahí las dudas y suspicacias que plantea el debate dentro y fuera de la Fed de su decisión futura de los tipos de interés. Dudas, también, de que los bancos centrales puedan tener este patio bajo control, aunque alguien dijo que tienen un poder ilimitado...".
Dos puntos de interés dentro de este cuadro:
“El estancamiento político no truncará la buena marcha de España” (Berenberg)
El estancamiento de la situación política en España no parece que vaya a obligar al país a abandonar la senda correcta, según el banco alemán Berenberg, que señala a la economía española como ejemplo a seguir, frente a las dificultades que atraviesan otros países rescatados como Portugal o Grecia.
En su "Gráfico de la semana", la firma alemana compara la distinta evolución de la inversión en los dos grandes países ibéricos durante los últimos años, subrayando la mejor evolución de España en comparación con su vecino luso.
"Con reformas decididas y un esfuerzo suficiente para estabilizar su sistema bancario, España dobló la esquina para bien en 2013", destaca Berenberg al referirse al "ejemplo español", lo que ha permitido un rápido crecimiento de la inversión, que impulsa el crecimiento del PIB cerca del 3%, así como "un importante rebote del empleo".
En comparación, la entidad germana señala que al emerger de su programa de rescate en 2014, Portugal se encontraba en "la senda correcta" y, como en España, la inversión comenzó a rebotar con fuerza, pero desde mediados de 2015 la evolución del dato en el país luso se ha quedado muy por detrás.
"En parte fue por mala suerte", reconoce Berenberg ante la caída del precio del petróleo, que ha dañado la situación de Angola, uno de los principales socios comerciales de Portugal, "pero mucho del problema es de cosecha propia", añade la entidad alemana en referencia a la marcha atrás en algunas reformas adoptada tras la subida el poder del Gobierno socialista en minoría con apoyo de los partidos de izquierdas.
Por contra, en España los analistas de Berenberg subrayan que, incluso en el caso de que la probable alianza entre conservadores y liberales no logre apoyos parlamentarios suficientes a principios de septiembre, las encuestas de opinión sugieren que unas terceras elecciones generales no auparían al poder a "fuerzas radicales anti reformas".
"A pesar del estancamiento político, España parece que permanecerá en la senda correcta", concluyen los expertos del banco alemán, destacando que de los cinco países del euro que necesitaron ayuda exterior, España, Irlanda y Chipre se han convertido en unas de las economías de la región con mayor crecimiento gracias a unas reformas "lo suficientemente profundas" como para ser "un imán para la inversión extranjera".
En cuanto al futuro inmediato de Portugal, la entidad alemana expresa su confianza en que la economía lusa logre finalmente escapar a una nueva crisis, aunque advierte de que "el riesgo es serio", más aún después de que la agencia DBRS, la única que mantiene la deuda portuguesa en grado de inversión, haya advertido que revisará el rating luso el próximo 21 de octubre. En caso de una bajada de nota, la deuda de Portugal dejaría de ser elegible para el BCE.
En este sentido, Berenberg considera que en caso de una venta apresurada de bonos portugueses a raíz de una eventual bajada de rating podría forzar a Lisboa a volver a pedir ayuda a sus socios, lo que, como consecuencia de la condicionalidad ligada a cualquier tipo de rescate, podría devolver a Portugal a la senda reformista "con o sin cambio de Gobierno", subrayando su confianza en que "el ruido portugués no desencadenaría una nueva crisis del euro".
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Escriben Riva Gold y Georgi Kantchev en The Wall Street Journal que Las acciones europeas se ven bastante baratas. Pero esta vez los inversionistas no se están abalanzando sobre ellas.
En medio de ganancias corporativas deslucidas, un crecimiento económico tibio y un sistema bancario frágil, el mercado europeo es vulnerable a una serie de riesgos políticos que en los próximos meses podrían hacer descarrilar la débil recuperación de la región, dicen los inversionistas.
Los efectos de las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea para reformular su relación probablemente pesarán durante cierto tiempo sobre los mercados. Italia, que está tratando de poner en orden sus altamente endeudados bancos, celebrará en el otoño boreal un referendo constitucional, y en 2017 Alemania y Francia celebrarán unas elecciones que podrían cambiar radicalmente la dirección de las dos mayores potencias del bloque...