Por Lizbeth Diaz y Michael O'Boyle
COYUCA DE CATALÁN, México, mayo 8 (Reuters) - El Ejército mexicano enfrenta una complicada lucha contra el auge de la producción de opio, alimentado por la demanda en Estados Unidos, porque cada vez más bandas criminales se disputan el control de las tierras plantadas con amapola de un inusual alto rendimiento.
Los narcotraficantes han invadido el sureño estado de Guerrero desatando una guerra para controlar los campos de la cotizada planta, volviendo inaccesibles valles montañosos donde se extiende la pobreza y famosos balnearios en algunas de las zonas más sangrientas de México.
El coronel Isaac Jesús, quien dirige un batallón en Ciudad Altamirano, en Guerrero, dijo a Reuters durante un recorrido hacia una zona de erradicación de plantíos que la violencia aumentó desde hace dos años cuando una tercera banda criminal, Los Viagras, incursionó buscando controlar el negocio.
Cadáveres son descubiertos casi a diario en todo el estado, arrojados en caminos o enterrados en fosas construidas en la clandestinidad. En Ciudad Altamirano, el alcalde fue asesinado el año pasado y un periodista en marzo.
"Yo creo que esto empezó hace dos años, comenzaron a hacer estas fracturas hace dos años y a generar esta violencia para querer acaparar la producción de la droga", dijo Jesús.
Desde su frente de lucha contra las drogas, Jesús cree que existe un vínculo directo entre la violencia en México y un consumo récord de heroína en Estados Unidos que causó la muerte de casi 13,000 personas en 2015.
"El incremento de los consumidores en Estados Unidos ha sido exponencial para este tipo de drogas pues efectivamente el efecto colateral viene a darse acá porque hay mayor demanda", agregó.
El consumo de heroína en Estados Unidos se multiplicó por cinco en la última década y la adicción se ha triplicado, con los mayores saltos entre blancos y hombres de bajos ingresos.
Un funcionario estadounidense dijo a Reuters en abril que el área donde se cultivan flores de amapola en México alcanzó las 32,000 hectáreas en 2016, equivalente a alrededor de 81 toneladas. En 2015, el área de cultivo fue de 28,000 hectáreas, el triple de superficie del 2012, según datos de Estados Unidos.
Jesús dijo que la tarea de buscar campos de amapola en una de las regiones más pobres y menos accesibles de México, que se eleva a más de 2,000 metros en la montaña sobre los balnearios de Acapulco e Ixtapa, es prácticamente interminable.
Durante unas 17 horas de recorrido, Reuters pudo observar cómo el 34 Batallón de Infantería y otros envían pelotones de tropas a pie para expediciones de hasta más de un mes.
El coronel dijo que los militares utilizan tecnología con drones e imágenes satelitales para poder llegar más rápidamente a los plantíos y destruirlos.
Uno de esos campos visitados por Reuters está en una región sin ley en las montañas, a seis horas de Ciudad Altamirano a través de sinuosas carreteras de tierra.
Los grupos delictivos colocan aspersores de césped para rociar agua, como se observó en el muy inclinado plantío que crecía sobre la montaña, con menos de una hectárea y en el cual también había bolsas de fertilizantes que fueron apiladas.
Para concluir el operativo, una docena de soldados cortaron de tajo el plantío con machetes.
RENDIMIENTOS MAYORES
Las bandas criminales usan variedades de amapola que producen mayores rendimientos y opio más potente en parcelas más pequeñas y su mayor valor está impulsando una competencia violenta entre las bandas de delincuentes.
"Ahora vemos que se tiene más producción de amapola en menos terreno y esto tiene que ver con la cantidad de bulbos que tiene cada planta", dijo el teniente coronel José Urzúa, quien durante el mismo recorrido mostró cómo cada planta tiene más bulbos que los habituales desde los cuales se extrae la cotizada goma.
De acuerdo con Urzúa, en estas "nuevas plantas" se puede extraer mucho más producto pues una sola inusualmente da hasta más de una veintena de bulbos.
En estas pequeñas aldeas montañosas el opio ha crecido durante décadas, dijeron las autoridades, pero una plaga en el café y un mayor consumo de opiáceos por parte de Estados Unidos han llevado a los agricultores a plantar mucho más.
La cosecha se ha convertido en el centro de la economía de Guerrero, que también depende del dinero enviado a casa por los inmigrantes en Estados Unidos.
Cifras del Ejército indican que el campo visto por Reuters podría producir alrededor de 3 kilos de opio, obteniendo hasta 950 dólares por kilo que los traficantes venden por unos 8,000 dólares.
"Aquí no tienes muchas alternativas de empleo o de tener un negocio propio porque si tienes uno te extorsionan o hasta te andan matando", dijo una mujer en su pequeña tienda donde vende agua, refrescos y otros productos y cuyo esposo tiene una actividad relacionada a la siembra y cosecha de amapola.
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EXCLUSIVA-México abre lucha contra la heroína a observadores de EEUU y ONU
(Traducción de Miguel Angel Gutiérrez; Editado en español por Silene Ramírez)