El sector de los cítricos de Florida está en alerta máxima ante la previsión de que el huracán Milton azote el estado el jueves, pudiendo afectar a muchas explotaciones de naranjas. Esto se produce poco después de que el sector evitara por los pelos los importantes daños causados por el huracán Helene.
Matt Joyner, Vicepresidente Ejecutivo y Consejero Delegado de Florida Citrus Mutual, expresó la preocupación de la industria, señalando que aunque los agricultores han tomado medidas para asegurar los equipos y evacuar a las familias, la posibilidad de que el viento y las inundaciones dañen los naranjales sigue siendo en gran medida incontrolable.
La Fundación para la Investigación y el Desarrollo de los Cítricos indicó que la trayectoria del huracán Milton se ha desplazado ligeramente hacia el sur desde el martes, lo que le sitúa en posición de afectar potencialmente a las tres principales regiones citrícolas de Florida. El estado es el principal productor de cítricos de Estados Unidos, con la mayoría de las explotaciones situadas en las regiones central y meridional, que ahora se encuentran en la trayectoria prevista de la tormenta.
Los expertos del sector están preocupados por las implicaciones del huracán en una industria que ya se enfrenta a retos, como la baja producción de naranjas y los altos precios. En Nueva York, los futuros del zumo de naranja alcanzaron máximos históricos el mes pasado, influidos por la reducción de la producción en Brasil, principal productor mundial, debido a la grave sequía y a la prevalencia de la enfermedad del greening.
La enfermedad del greening, una infección bacteriana que puede propagarse rápidamente, ya ha reducido a la mitad la superficie plantada de cítricos de Florida en las dos últimas décadas. La Fundación para la Investigación y el Desarrollo de los Cítricos advirtió que los fuertes vientos del huracán Milton podrían propagar aún más la enfermedad por más arboledas.
El inminente huracán supone una amenaza no sólo para la cosecha actual, con la posible pérdida de fruta de los árboles, sino también para el futuro de las explotaciones. Los daños en los árboles podrían obligar a replantar, lo que supondría una interrupción de la producción durante al menos tres años.
Los campos de caña de azúcar, próximos a los naranjales, también corren peligro por el impacto del huracán. Florida, junto con Luisiana, es responsable del 40% de la producción de azúcar de EE.UU., y cualquier daño significativo podría afectar también a este sector.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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