Por Geoffrey Smith
Investing.com - Los precios del petróleo se alejaron de sus máximos de siete años en las primeras operaciones del lunes en Nueva York, pero se mantuvieron bien respaldados por las señales de que los principales productores están luchando por aumentar la producción para satisfacer la demanda mundial.
Hacia las 9:40 AM ET (1340 GMT), los futuros del crudo estadounidense subían un 1.2%, a 82.66 dólares el barril, después de haber alcanzado un máximo de 83.14 dólares, su nivel más alto desde 2014. Los futuros del Brent, la referencia mundial, subían un 0.8% a 85.55 dólares el barril.
Los Futuros de la gasolina RBOB de Estados Unidos, por su parte, subían un 0.5% a un nuevo máximo de siete años de 2.4990 dólares el galón.
Anteriormente, Bloomberg había informado, citando fuentes no identificadas cercanas al bloque, que la Organización de Países Exportadores de Petróleo había producido un promedio de casi 750,000 barriles diarios por debajo del techo establecido en un acuerdo con Rusia y otros países en septiembre. Las fuentes de la agencia lo atribuyeron a problemas pasados de falta de inversión en Nigeria y Angola.
Por otra parte, Kuwait, el cuarto mayor productor de la OPEP después de Arabia Saudita, Irak y los Emiratos Árabes Unidos, dijo que su capacidad de producción sostenible también había disminuido en un promedio de 227,000 barriles diarios hasta los 2.579 millones de barriles diarios en su año fiscal 2021.
El hecho de que los productores de la OPEP se esfuercen por cumplir los objetivos de producción en un momento en que la demanda mundial está aumentando debido a la relajación de las restricciones de movilidad relacionadas con la pandemia está agravando el desequilibrio entre la oferta y la demanda. Los inventarios mundiales ya están en su punto más bajo de los últimos tres años.
De la noche a la mañana, Japón se sumó a la lista de importadores netos de energía que piden a la OPEP y sus aliados que hagan más para mantener los precios a raya. Japón es uno de los muchos países que temen que los elevados precios de la energía acaben con la recuperación económica, aunque hay más indicios de ello en lugares donde los precios del gas natural y el carbón han obligado a las empresas de servicios públicos y de gran consumo energético a reducir la producción.
Sin embargo, antes hubo alguna señal de alivio por el lado de la demanda, ya que los datos del producto interno bruto de China correspondientes al tercer trimestre mostraron que la segunda economía más grande del mundo -y el mayor importador de petróleo- se desaceleró más de lo esperado.
En particular, las refinerías independientes de China -conocidas como "teteras"- redujeron su producción al nivel más bajo de los últimos 16 meses, ya que los cierres provocados por la crisis de Covid-19 deprimieron la movilidad y una creciente crisis energética frenó la demanda industrial.