por Adrian Estañol Casáis
(Retransmisión de la nota publicada el 6 de marzo)
Infosel, marzo. 9.- Los recientes anuncios de acciones tomadas por el Servicio de Administración Tributaria para mejorar sus capacidades recaudatorias, si bien representan una buena noticia para las finanzas públicas, no dejaron de preocupar a algunos que temen que las autoridades podrían iniciar una cacería de brujas.
No obstante, para especialistas en materia fiscal, eso no necesariamente es cierto y el SAT, como también se conoce al organismo responsable de cobrar los impuestos aquí y de operar las aduanas, empieza más bien a cosechar lo sembrado desde hace seis años en la batalla que ahora protagoniza por aumentar la recaudación fiscal, poniendo la lupa sobre los grandes contribuyentes.
Desde hace un mes, el SAT ha puesto la mira en los grandes contribuyentes, e incluso ha hecho público sus llamados a empresas como el gigante de las telecomunicaciones América Móvil, la operadora de restaurantes Alsea y la mayor cadena de supermercados de Latinoamérica, Walmart (NYSE:WMT) de México, para "revisar" el pago de impuestos de algunas operaciones realizadas a lo largo de los últimos cinco años.
Esas acciones, que no son las únicas, llegaron además en un momento en el que el gobierno necesita revertir la tendencia de los alicaídos ingresos tributarios, en particular del Impuesto Sobre la Renta y del Impuesto al Valor Agregado, que bajaron como resultado de la debilidad económica en México, que provocó la primera contracción del producto interno bruto en una década.
Por ejemplo, el SAT reclamó a la empresa Maxcom Telecomunicaciones 631 millones de pesos (33.8 millones de dólares) por considerar que algunos de los elementos que presentó para reducir su cuenta fiscal no calificaban como deducibles.
Otras, como las empresas Alsea y Walmart de México, recibieron reclamos del SAT por 778 millones de dólares por impuestos relacionados con la operación de compraventa de la cadena de restaurantes Vips.
Para representantes del sector empresarial, la línea entre mejorar la capacidad recaudatoria de México y hostigar a los contribuyentes es delgada, sobre todo porque, a juicio de los involucrados, la mayoría de la cúpula empresarial, esos pagos se hicieron conforme a la ley.
De ahí que hay quienes temen una persecución del fisco, algo que para muchos no se puede comprobar.
Desde 2014, con la reforma hacendaria que digitalizó muchos procesos en la declaración y pago de impuestos, la autoridad fiscal pudo aumentar la recaudación. En ese año, la recaudación obtenida por actos de fiscalización a grandes contribuyentes se ubicó en 122.6 millones de pesos, mientras que en 2019 lo recuperado por el fisco ascendió a 76 mil 115 millones de pesos, una cantidad que supera más de 600 veces el monto obtenido seis años atrás.
Los especialistas creen que este avance poco tiene que ver con los anuncios recientes del SAT de notificaciones a grandes contribuyentes para pagar impuestos o por los cambios a la ley para combatir la evasión fiscal.
Más bien, la mayor eficiencia se ha logrado por herramientas electrónicas como el Comprobante Fiscal Digital por Internet o la incorporación de la contabilidad a medios electrónicos.
Lo cierto es que, ahora quizá más que antes, el SAT debe de aumentar sus auditorías para lograr el objetivo que se ha impuesto y, por el otro lado, cumplir el compromiso presidencial de no aumentar los gravámenes.
"No es que esta administración haya encontrado el hilo negro del asunto. Simple y llanamente está aplicando los mismos métodos de fiscalización que administraciones pasadas", dijo en entrevista Guillermo Mendieta, presidente de la comisión de auditoría fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México. "Está recogiendo la cosecha de lo sembrado".
A inicios de año, al tomar el control del SAT, Raquel Buenrostro destacó que México necesitaba aumentar en 25% la recaudación tributaria por medio de la eficiencia, sin necesidad de una reforma fiscal, debido a la oposición del presidente Andrés Manuel López Obrador a elevar los impuestos.
"Lo que va a suceder es que va a haber más auditorías si no hay incremento de impuestos", dijo en entrevista Jaime Espinoza, experto fiscal del despacho de abogados Hogan Lovells México. "¿Eso es terrorismo fiscal?, no".
Justo eso fue lo que sucedió. El 6 de marzo pasado, el SAT anunció la implementación de al menos cuatro medidas para reforzar la fiscalización a las grandes empresas durante este año fiscal, entre las que incluye auditorías expeditas y análisis a la determinación del ISR, incentivar la autocorrección y cobro oportuno de los adeudos fiscales, evitar litigios costosos y verificar la aplicación de saldos a favor del IVA.
Con estos cambios en el SAT, Arturo Herrera, el secretario de Hacienda y Crédito Público, espera que las cifras empaten con los 3.5 billones de pesos que estiman conseguir en impuestos para 2020, de acuerdo con la Miscelánea Fiscal de este año.
"Desde esta perspectiva, el SAT refuerza su compromiso. . . de aumentar la recaudación, combatir la corrupción y de brindar seguridad jurídica para los contribuyentes", dijo el organismo, en un comunicado. "El SAT invita a los pequeños y grandes contribuyentes a cumplir de manera voluntaria con sus obligaciones fiscales, de manera correcta y oportuna, conforme a lo previsto en las disposiciones aplicables".
Para el cierre de 2019, los ingresos tributarios ascendieron 0.9%, a 3.2 billones de pesos (171 mil 125 millones de dólares), impulsados principalmente por los ingresos obtenidos a través del IEPS. Sin embargo, el ISR y el IVA tuvieron retrocesos de 2.2 y 2.3%, respectivamente.
(Retransmisión de la nota publicada el 6 de marzo)
Infosel, marzo. 9.- Los recientes anuncios de acciones tomadas por el Servicio de Administración Tributaria para mejorar sus capacidades recaudatorias, si bien representan una buena noticia para las finanzas públicas, no dejaron de preocupar a algunos que temen que las autoridades podrían iniciar una cacería de brujas.
No obstante, para especialistas en materia fiscal, eso no necesariamente es cierto y el SAT, como también se conoce al organismo responsable de cobrar los impuestos aquí y de operar las aduanas, empieza más bien a cosechar lo sembrado desde hace seis años en la batalla que ahora protagoniza por aumentar la recaudación fiscal, poniendo la lupa sobre los grandes contribuyentes.
Desde hace un mes, el SAT ha puesto la mira en los grandes contribuyentes, e incluso ha hecho público sus llamados a empresas como el gigante de las telecomunicaciones América Móvil, la operadora de restaurantes Alsea y la mayor cadena de supermercados de Latinoamérica, Walmart (NYSE:WMT) de México, para "revisar" el pago de impuestos de algunas operaciones realizadas a lo largo de los últimos cinco años.
Esas acciones, que no son las únicas, llegaron además en un momento en el que el gobierno necesita revertir la tendencia de los alicaídos ingresos tributarios, en particular del Impuesto Sobre la Renta y del Impuesto al Valor Agregado, que bajaron como resultado de la debilidad económica en México, que provocó la primera contracción del producto interno bruto en una década.
Por ejemplo, el SAT reclamó a la empresa Maxcom Telecomunicaciones 631 millones de pesos (33.8 millones de dólares) por considerar que algunos de los elementos que presentó para reducir su cuenta fiscal no calificaban como deducibles.
Otras, como las empresas Alsea y Walmart de México, recibieron reclamos del SAT por 778 millones de dólares por impuestos relacionados con la operación de compraventa de la cadena de restaurantes Vips.
Para representantes del sector empresarial, la línea entre mejorar la capacidad recaudatoria de México y hostigar a los contribuyentes es delgada, sobre todo porque, a juicio de los involucrados, la mayoría de la cúpula empresarial, esos pagos se hicieron conforme a la ley.
De ahí que hay quienes temen una persecución del fisco, algo que para muchos no se puede comprobar.
Desde 2014, con la reforma hacendaria que digitalizó muchos procesos en la declaración y pago de impuestos, la autoridad fiscal pudo aumentar la recaudación. En ese año, la recaudación obtenida por actos de fiscalización a grandes contribuyentes se ubicó en 122.6 millones de pesos, mientras que en 2019 lo recuperado por el fisco ascendió a 76 mil 115 millones de pesos, una cantidad que supera más de 600 veces el monto obtenido seis años atrás.
Los especialistas creen que este avance poco tiene que ver con los anuncios recientes del SAT de notificaciones a grandes contribuyentes para pagar impuestos o por los cambios a la ley para combatir la evasión fiscal.
Más bien, la mayor eficiencia se ha logrado por herramientas electrónicas como el Comprobante Fiscal Digital por Internet o la incorporación de la contabilidad a medios electrónicos.
Lo cierto es que, ahora quizá más que antes, el SAT debe de aumentar sus auditorías para lograr el objetivo que se ha impuesto y, por el otro lado, cumplir el compromiso presidencial de no aumentar los gravámenes.
"No es que esta administración haya encontrado el hilo negro del asunto. Simple y llanamente está aplicando los mismos métodos de fiscalización que administraciones pasadas", dijo en entrevista Guillermo Mendieta, presidente de la comisión de auditoría fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México. "Está recogiendo la cosecha de lo sembrado".
A inicios de año, al tomar el control del SAT, Raquel Buenrostro destacó que México necesitaba aumentar en 25% la recaudación tributaria por medio de la eficiencia, sin necesidad de una reforma fiscal, debido a la oposición del presidente Andrés Manuel López Obrador a elevar los impuestos.
"Lo que va a suceder es que va a haber más auditorías si no hay incremento de impuestos", dijo en entrevista Jaime Espinoza, experto fiscal del despacho de abogados Hogan Lovells México. "¿Eso es terrorismo fiscal?, no".
Justo eso fue lo que sucedió. El 6 de marzo pasado, el SAT anunció la implementación de al menos cuatro medidas para reforzar la fiscalización a las grandes empresas durante este año fiscal, entre las que incluye auditorías expeditas y análisis a la determinación del ISR, incentivar la autocorrección y cobro oportuno de los adeudos fiscales, evitar litigios costosos y verificar la aplicación de saldos a favor del IVA.
Con estos cambios en el SAT, Arturo Herrera, el secretario de Hacienda y Crédito Público, espera que las cifras empaten con los 3.5 billones de pesos que estiman conseguir en impuestos para 2020, de acuerdo con la Miscelánea Fiscal de este año.
"Desde esta perspectiva, el SAT refuerza su compromiso. . . de aumentar la recaudación, combatir la corrupción y de brindar seguridad jurídica para los contribuyentes", dijo el organismo, en un comunicado. "El SAT invita a los pequeños y grandes contribuyentes a cumplir de manera voluntaria con sus obligaciones fiscales, de manera correcta y oportuna, conforme a lo previsto en las disposiciones aplicables".
Para el cierre de 2019, los ingresos tributarios ascendieron 0.9%, a 3.2 billones de pesos (171 mil 125 millones de dólares), impulsados principalmente por los ingresos obtenidos a través del IEPS. Sin embargo, el ISR y el IVA tuvieron retrocesos de 2.2 y 2.3%, respectivamente.