Las pools mineras (concentraciones de mineros que comparten energía y se dividen las recompensas) han sido la columna vertebral del criptoecosistema, debido a su deber heredado de alimentar las transacciones y asegurar una credibilidad inmutable.
Dada la cantidad de reservas de energía en el espacio, países como China, Estados Unidos y Rusia han estado compitiendo por tener las pools más grandes del mundo y obtener las recompensas de bloque correspondientes.