Michael Beckley analiza el fin de la ascensión económica de China y su impacto en el orden mundial, desde su “milagro económico” hasta el peligroso camino de las potencias en declive.***
- China enfrenta un declive económico y creciente aislamiento global, según Beckley.
- La dependencia económica de otros países en China está generando crisis secundarias.
- El declive chino podría generar tensiones militares y un nuevo equilibrio global.
Con un enfoque basado en datos históricos y económicos, Beckley explicó cómo la ralentización de China no solo afecta al país, sino que repercute en las economías que dependieron de su crecimiento y plantea nuevos desafíos de seguridad internacional.
El declive económico de China: causas y consecuencias El rápido ascenso económico de China, que alguna vez desafió la hegemonía de Estados Unidos, ahora enfrenta un revés significativo. Según Beckley, los datos oficiales chinos, que suelen estar inflados, indican que la economía china está disminuyendo su peso relativo frente a la estadounidense. Indicadores alternativos, como el consumo eléctrico nocturno medido por satélites, sugieren que el PIB real de China podría ser hasta un 20% menor de lo informado.
La productividad, clave para el crecimiento sostenido, lleva más de una década en declive. Este estancamiento se refleja en un aumento exponencial del costo de generar crecimiento económico, acompañado de una deuda nacional que supera a la de la mayoría de los países desarrollados.
El impacto no es solo doméstico. Economías como las de Alemania, Brasil y Australia, que alguna vez dependieron de las exportaciones hacia China, están sufriendo las consecuencias de la contracción china. Simultáneamente, los mercados globales enfrentan la competencia desleal de productos chinos subsidiados que socavan a los fabricantes locales.
¿Cómo llegó China a esta situación? Beckley destacó cuatro pilares que sustentaron el ascenso de China y que ahora se han convertido en sus mayores debilidades:
China ya muestra signos de este comportamiento. Ha intensificado la represión doméstica, desde la censura hasta la vigilancia masiva, y ha incrementado su presencia militar en el estrecho de Taiwán y el mar del Sur de China. Además, ha fortalecido alianzas con regímenes autoritarios como Rusia e Irán, lo que preocupa a las democracias occidentales.
¿Qué esperar en el futuro? Aunque Beckley ve riesgos de conflicto, también expresó un cauto optimismo a largo plazo. Según el académico, el declive económico de China podría obligarla a negociar un nuevo equilibrio global. Un posible escenario es que, como ocurrió con Alemania y Japón tras la Segunda Guerra Mundial, China opte por abandonar sus ambiciones territoriales a cambio de integración económica y seguridad.
Mientras tanto, una nueva guerra fría entre EE. UU. y China podría generar beneficios colaterales, como avances tecnológicos en inteligencia artificial y mitigación del cambio climático. Sin embargo, Beckley advirtió que la próxima década será una de “máximo peligro,” con altos riesgos de tensiones militares.
El análisis de Michael Beckley en el World Knowledge Forum resalta el fin del ascenso de China como una de las transformaciones más importantes del orden global contemporáneo. Mientras China enfrenta las dificultades de una potencia en declive, el resto del mundo debe prepararse para una década de incertidumbre geopolítica y económica. Aunque el camino hacia la estabilidad parece complicado, Beckley confía en que, con el tiempo, las potencias globales puedan encontrar un nuevo equilibrio.
Imagen original de DiarioBitcoin, de uso libre, licenciada bajo Dominio Público