por Eduardo García
Infosel, abril. 28.- Desde hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mostrado preocupación de que Banco de México, la entidad encargada de dictar la política monetaria del país y de vigilar, en parte, el funcionamiento de la banca comercial, pueda mal usar las reservas internacionales que administra.
Tras las medidas extraordinarias que anunció ese Instituto Central la semana pasada para inyectar liquidez en los circuitos crediticios y permitir una buena evolución de los mercados financieros del país, el mandatario ha dado a entender que sospecha que el Instituto Central mexicano podría emplear esas reservas para respaldar las diversas operaciones que anunció en beneficio de unos cuantos.
Banco de México "es un organismo autónomo, respetamos su independencia, pero estamos pendientes del manejo de las reservas, porque esas reservas no son del Banco de México, ni siquiera del gobierno, son reservas de la nación", dijo hoy, por ejemplo, el mandatario en su conferencia matutina desde Palacio Nacional, repitiendo algo que había dicho días antes.
"Entonces, ese dinero lo tenemos que cuidar todos. Entonces nada de transferencias de recursos públicos a particulares sólo por influyentismo. Ya eso se terminó", agregó López Obrador.
La preocupación y sospecha del mandatario, sin embargo, están en esta ocasión, de acuerdo con economistas y funcionarios de Banco de México, fuera de lugar.
En ninguna de las 10 acciones que las autoridades monetarias revelaron la semana pasada, existen, ni siquiera indicios, de que los más de 185 mil millones de dólares que el país tiene en materia de reservas internacionales vayan a ser utilizados como colateral, garantía o créditos para rescatar a empresas y menos para rescatar a empresas grandes.
Es más, la mayor parte de las medidas que anunció el banco central mexicano buscan destrabar los circuitos crediticios y bursátiles del país para garantizar que el crédito siga fluyendo a las empresas más pequeñas y medianas del país, que son las que, por lo general, más sufren cuando se da una astringencia crediticia, como la que comienza a darse en México frente a la parálisis económica que han provocado las medidas para contener la propagación del padecimiento covid-19 y que ocasiona el nuevo coronavirus sars-cov-2.
Esto es así porque ante la falta de ingresos de muchas empresas que no puedan fabricar y vender sus productos o servicios, los bancos están pensando dos veces en mantener sus programas crediticios --aun y cuando la suspensión de actividades se espera que termine en poco más de cuatro semanas.
Pero de ahí a pensar que las medidas que anunció el banco central mexicano, también conocido como Banxico, estén respaldadas en las reservas internacionales es, a ojos de muchos, un salto mortal.
"Nada de lo que comprometió el Banco de México viene de las reservas internacionales", dijo Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina, con Credit-Suisse, en respuesta a una pregunte enviada por correo electrónico. "Parte del dinero viene de un depósito que hacen los bancos al Banco de México. Banxico simplemente se los está regresando".
De hecho, tras una revisión exhaustiva de las medidas que anunció el Instituto Central hace una semana, queda en claro que Banco de México, en el uso de sus facultades, está solo tratando con esas acciones de destrabar los problemas que comienzan a observarse en los circuitos crediticios y bursátiles para que los temores de la banca comercial frente a los impagos que podrían presentar sus clientes por la suspensión de actividades no esenciales que implementaron las autoridades de salud desde finales de marzo no generen mayores disrupciones, que afecten a las empresas micro, pequeñas y medianas del país.
Incluso en las medidas que anunció el banco central mexicano para inyectar dólares al mercado cambiario del país a través de subastas de préstamos en la divisa estadounidense, los recursos que otorga Banco de México no provienen de las reservas internacionales, sino de la línea de intercambio de divisas que estableció la institución con la Reserva Federal estadounidense para garantizar la liquidez de dólares en el mercado cambiario del país.
En otras palabras, ni en este caso Banco de México ha tocado las reservas internacionales.
"En ninguna de las facilidades que dimos a conocer hay reservas internacionales", dijo un funcionario de Banco de México, quien prefirió no ser identificado.
El mismo Jonathan Heath, uno de los cuatro subgobernadores que conforman la Junta de Gobierno del banco central mexicano y quien llegó al cargo por nominación de López Obrador y ratificación del Senado, aclaró en una entrevista con el periodista, Salvador García Soto, en la estación de radio Heraldo, que el mandatario podía estar tranquilo que Banco de México no mal usaría las reservas internacionales.
"El presidente no tiene nada de qué preocuparse", dijo Heath en la entrevista, que García Soto también citó en su columna con el diario El Universal. "Primero porque no estamos utilizando reservas nacionales en los programas de apoyo, solo movemos los recursos que ya teníamos destinados a fortalecer a la banca y el sistema financiero; y, segundo, porque no vamos a rescatar a ninguna empresa, sino a apoyarlas con créditos que ni siquiera daremos nosotros sino los bancos".
Para algunos, las sospechas, en este caso infundadas de López Obrador, tienen su origen en algunas de las medidas que adoptaron gobiernos pasados en épocas económicas difíciles y que resultaron, en cierta medida, benéficas solo para unos cuantos y en perjuicio de la mayoría de los mexicanos.
También las condonaciones de impuestos que administraciones anteriores dieron a grandes corporativos podrían estar detrás de la suspicacia de López Obrador de un posible mal uso de las reservas de Banco de México.
Incluso, esas consideraciones podrían también estar detrás de las sospechas que expresó el mandatario ayer tras el acuerdo que el domingo por la noche dieron a conocer el banco internacional BID Invest y el Consejo Mexicano de Negocios para ayudar a proveedores de grandes empresas nacionales a recibir de forma más rápida el pago de los bienes y servicios que demandan esas compañías llamadas anclas.
López Obrador avaló el acuerdo, siempre y cuando no involucrara recursos públicos y que tanto BID Invest como CMN aclararon que no habrá.
El mismo López Obrador ha hecho referencia a los rescates pasados y las condonaciones de impuestos como las causas de su suspicacia, o como en ocasiones también se dice en México: "sospechosismo".
"La verdad, de acuerdo a la experiencia. . . lo que está demostrado es que esos rescates arriba son equivalentes a corrupción, son sinónimo de corrupción", agregó esta mañana el mandatario tras hablar de su temor a un mal uso de las reservas internacionales por el banco central mexicano. "¿Cuántos años, décadas, de condonación de impuestos a las grandes corporaciones, ¿con qué excusa? De que así se fomenta el crecimiento. ¿Y hubo crecimiento en el periodo neoliberal? No pagaban impuestos y la economía no crecía"
Infosel, abril. 28.- Desde hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mostrado preocupación de que Banco de México, la entidad encargada de dictar la política monetaria del país y de vigilar, en parte, el funcionamiento de la banca comercial, pueda mal usar las reservas internacionales que administra.
Tras las medidas extraordinarias que anunció ese Instituto Central la semana pasada para inyectar liquidez en los circuitos crediticios y permitir una buena evolución de los mercados financieros del país, el mandatario ha dado a entender que sospecha que el Instituto Central mexicano podría emplear esas reservas para respaldar las diversas operaciones que anunció en beneficio de unos cuantos.
Banco de México "es un organismo autónomo, respetamos su independencia, pero estamos pendientes del manejo de las reservas, porque esas reservas no son del Banco de México, ni siquiera del gobierno, son reservas de la nación", dijo hoy, por ejemplo, el mandatario en su conferencia matutina desde Palacio Nacional, repitiendo algo que había dicho días antes.
"Entonces, ese dinero lo tenemos que cuidar todos. Entonces nada de transferencias de recursos públicos a particulares sólo por influyentismo. Ya eso se terminó", agregó López Obrador.
La preocupación y sospecha del mandatario, sin embargo, están en esta ocasión, de acuerdo con economistas y funcionarios de Banco de México, fuera de lugar.
En ninguna de las 10 acciones que las autoridades monetarias revelaron la semana pasada, existen, ni siquiera indicios, de que los más de 185 mil millones de dólares que el país tiene en materia de reservas internacionales vayan a ser utilizados como colateral, garantía o créditos para rescatar a empresas y menos para rescatar a empresas grandes.
Es más, la mayor parte de las medidas que anunció el banco central mexicano buscan destrabar los circuitos crediticios y bursátiles del país para garantizar que el crédito siga fluyendo a las empresas más pequeñas y medianas del país, que son las que, por lo general, más sufren cuando se da una astringencia crediticia, como la que comienza a darse en México frente a la parálisis económica que han provocado las medidas para contener la propagación del padecimiento covid-19 y que ocasiona el nuevo coronavirus sars-cov-2.
Esto es así porque ante la falta de ingresos de muchas empresas que no puedan fabricar y vender sus productos o servicios, los bancos están pensando dos veces en mantener sus programas crediticios --aun y cuando la suspensión de actividades se espera que termine en poco más de cuatro semanas.
Pero de ahí a pensar que las medidas que anunció el banco central mexicano, también conocido como Banxico, estén respaldadas en las reservas internacionales es, a ojos de muchos, un salto mortal.
"Nada de lo que comprometió el Banco de México viene de las reservas internacionales", dijo Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina, con Credit-Suisse, en respuesta a una pregunte enviada por correo electrónico. "Parte del dinero viene de un depósito que hacen los bancos al Banco de México. Banxico simplemente se los está regresando".
De hecho, tras una revisión exhaustiva de las medidas que anunció el Instituto Central hace una semana, queda en claro que Banco de México, en el uso de sus facultades, está solo tratando con esas acciones de destrabar los problemas que comienzan a observarse en los circuitos crediticios y bursátiles para que los temores de la banca comercial frente a los impagos que podrían presentar sus clientes por la suspensión de actividades no esenciales que implementaron las autoridades de salud desde finales de marzo no generen mayores disrupciones, que afecten a las empresas micro, pequeñas y medianas del país.
Incluso en las medidas que anunció el banco central mexicano para inyectar dólares al mercado cambiario del país a través de subastas de préstamos en la divisa estadounidense, los recursos que otorga Banco de México no provienen de las reservas internacionales, sino de la línea de intercambio de divisas que estableció la institución con la Reserva Federal estadounidense para garantizar la liquidez de dólares en el mercado cambiario del país.
En otras palabras, ni en este caso Banco de México ha tocado las reservas internacionales.
"En ninguna de las facilidades que dimos a conocer hay reservas internacionales", dijo un funcionario de Banco de México, quien prefirió no ser identificado.
El mismo Jonathan Heath, uno de los cuatro subgobernadores que conforman la Junta de Gobierno del banco central mexicano y quien llegó al cargo por nominación de López Obrador y ratificación del Senado, aclaró en una entrevista con el periodista, Salvador García Soto, en la estación de radio Heraldo, que el mandatario podía estar tranquilo que Banco de México no mal usaría las reservas internacionales.
"El presidente no tiene nada de qué preocuparse", dijo Heath en la entrevista, que García Soto también citó en su columna con el diario El Universal. "Primero porque no estamos utilizando reservas nacionales en los programas de apoyo, solo movemos los recursos que ya teníamos destinados a fortalecer a la banca y el sistema financiero; y, segundo, porque no vamos a rescatar a ninguna empresa, sino a apoyarlas con créditos que ni siquiera daremos nosotros sino los bancos".
Para algunos, las sospechas, en este caso infundadas de López Obrador, tienen su origen en algunas de las medidas que adoptaron gobiernos pasados en épocas económicas difíciles y que resultaron, en cierta medida, benéficas solo para unos cuantos y en perjuicio de la mayoría de los mexicanos.
También las condonaciones de impuestos que administraciones anteriores dieron a grandes corporativos podrían estar detrás de la suspicacia de López Obrador de un posible mal uso de las reservas de Banco de México.
Incluso, esas consideraciones podrían también estar detrás de las sospechas que expresó el mandatario ayer tras el acuerdo que el domingo por la noche dieron a conocer el banco internacional BID Invest y el Consejo Mexicano de Negocios para ayudar a proveedores de grandes empresas nacionales a recibir de forma más rápida el pago de los bienes y servicios que demandan esas compañías llamadas anclas.
López Obrador avaló el acuerdo, siempre y cuando no involucrara recursos públicos y que tanto BID Invest como CMN aclararon que no habrá.
El mismo López Obrador ha hecho referencia a los rescates pasados y las condonaciones de impuestos como las causas de su suspicacia, o como en ocasiones también se dice en México: "sospechosismo".
"La verdad, de acuerdo a la experiencia. . . lo que está demostrado es que esos rescates arriba son equivalentes a corrupción, son sinónimo de corrupción", agregó esta mañana el mandatario tras hablar de su temor a un mal uso de las reservas internacionales por el banco central mexicano. "¿Cuántos años, décadas, de condonación de impuestos a las grandes corporaciones, ¿con qué excusa? De que así se fomenta el crecimiento. ¿Y hubo crecimiento en el periodo neoliberal? No pagaban impuestos y la economía no crecía"