Por Geoffrey Smith
Investing.com – El índice de inflación PCE, la medida preferida por la Reserva Federal de los Estados Unidos, volvió a mostrar números rojos este viernes, lo que aumenta la preocupación de que las tasas de interés tengan que subir aún más para que los precios vuelvan a estar bajo control.
El índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE, por sus siglas en ingles Personal Consumption Expenditures) subió un 0.6% en enero, tanto en términos básicos como generales, al tiempo que los datos de diciembre también se revisaron al alza. Los analistas contaban con una subida de sólo 0.4% en el índice subyacente, que es el relevante para la Reserva Federal.
Esto significa que la tasa de inflación subyacente del PCE subió por primera vez en cuatro meses hasta el 4.7%, más del doble del objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal.
Los mercados financieros estadounidenses reaccionaron negativamente a la noticia, reevaluando rápidamente sus expectativas para las tasas de interés oficiales. Hacia las 08:40 ET, el rendimiento del bono del Tesoro a 2 años -un indicador aproximado de las expectativas de la Reserva Federal- había subido 7 puntos básicos, hasta el 4.77%, su nivel más alto desde octubre. El índice dólar, que mide la cotización del billete verde frente a una cesta de divisas de mercados desarrollados, subió un 0.5% hasta 105.04, su nivel más alto en siete semanas. Por su parte, los {{8839|futuros del S&P 500}} cayeron más de un 1.3%.
Los mercados de acciones y bonos llevan más de una semana bajo presión, debido a que la batería de datos publicados sugieren que la economía no se está recuperando tan rápidamente como parecía a finales del año pasado, cuando los titulares estuvieron dominados por una sucesión de despidos masivos en grandes empresas tecnológicas.
Otros datos publicados al mismo tiempo también mostraron que el gasto de los consumidores se mantuvo más fuerte de lo esperado en enero. El gasto personal aumentó un 1.8% respecto a diciembre -la mayor subida mensual desde marzo de 2021-, a pesar de que los ingresos subieron un 0.6% menos de lo previsto.
La cifra de ingresos fue una migaja de consuelo para aquellos que argumentan que hay poca o ninguna evidencia que sugiera que el crecimiento excesivo de los salarios está impulsando la inflación. El crecimiento salarial ajustado a la inflación ha sido negativo durante más de un año.
Aun así, "con un gasto fuerte, la inflación debería ser más rígida de lo esperado inicialmente", dijo Kathy Jones, estratega jefe de renta fija de Charles Schwab (NYSE:SCHW), a través de Twitter. "Los mercados todavía están valorando una tasa máxima en el rango del 5.25% al 5.5%.