El panorama político de Estados Unidos está experimentando sus cambios más rápidos desde la Segunda Guerra Mundial, lo que plantea a los dirigentes empresariales importantes retos a la hora de planificar el futuro. La posibilidad de que se produzcan cambios políticos cada cuatro años está creando un entorno complejo para las empresas que necesitan elaborar estrategias a largo plazo.
Este periodo está marcado por acontecimientos políticos inusuales. Es probable que la vicepresidenta Kamala Harris sea designada candidata demócrata después de que el presidente Joe Biden se hiciera a un lado el fin de semana pasado, preparando el escenario para un posible tercer cambio consecutivo en el control partidista de la Casa Blanca, una situación no vista en más de un siglo.
En caso de que el ex presidente Donald Trump gane las próximas elecciones, representaría la tercera elección consecutiva en la que la presidencia ha cambiado de partido, un fenómeno observado por última vez a finales del siglo XIX. También sería la quinta vez desde 2000 que cambia el partido elegido en la Casa Blanca, lo que indica un mayor nivel de rotación política.
El control del Congreso es igualmente importante para determinar la eficacia de las políticas de cualquier administración. Desde 2000, ha habido cinco casos en los que un partido controló simultáneamente la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes, frente a sólo tres en los 30 años anteriores. Estos periodos de "trifecta" tienden a tener el mayor impacto en la formulación de políticas.
Las empresas se enfrentan a horizontes de planificación más cortos debido a las grandes diferencias políticas entre los posibles presidentes y partidos, así como al rápido ritmo de cambio en el poder. Esto es especialmente difícil para los sectores sensibles a las políticas fiscales, comerciales, de inmigración, energéticas y de regulación financiera.
La incertidumbre política se ve acentuada por acontecimientos recientes, como el cambio de candidato demócrata de Biden a Harris y un intento de asesinato contra Trump. A pesar de ello, Trump mantiene una ventaja en las encuestas de opinión en algunos estados clave y es favorito en los mercados de apuestas, aunque su ventaja se ha reducido. Una reciente encuesta nacional de Reuters/Ipsos muestra a Harris con una ventaja marginal sobre Trump.
Los mercados financieros, sin embargo, parecen menos reactivos a la incertidumbre política. A principios de este mes, los mercados habían empezado a apostar por las llamadas operaciones Trump, pero éstas han perdido impulso. Las medidas de volatilidad financiera siguen siendo bajas, y los mercados se muestran en general optimistas, a pesar del clima político.
El índice de incertidumbre sobre la política económica, que sigue las noticias de los medios de comunicación relacionadas con cuestiones políticas, se ha triplicado desde junio, alcanzando su punto más alto desde el pasado octubre. Aunque todavía por debajo de los niveles observados durante la pandemia o los problemas bancarios a principios del año pasado, la tendencia indica un aumento de la incertidumbre.
La confianza empresarial, medida por las encuestas ISM de empresas manufactureras y de servicios, mostró una contracción de la actividad en ambos sectores el mes pasado. No obstante, la encuesta de la NFIB sobre las pequeñas empresas indicó cierta mejora, aunque la confianza general sigue por debajo de las medias a largo plazo.
Como el panorama político sigue cambiando rápidamente, las empresas confían en su capacidad de adaptación para navegar en un entorno incierto. A tres meses y medio de las elecciones, los planificadores empresariales siguen de cerca la situación, conscientes de que pueden tener que ajustar sus estrategias en respuesta a la evolución del contexto político.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.