Por David Alire Garcia
CIUDAD DE MÉXICO, 12 ago (Reuters) - Un político de izquierda que estuvo cerca de convertirse en presidente de México en dos ocasiones está tomando impulso, con la promesa de que hará añicos una apertura del sector energético promovida por el Gobierno del mandatario Enrique Peña Nieto.
Comprometiéndose a erradicar y deshacer otras políticas de Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, conocido por sus iniciales AMLO, encabeza la mayoría de encuestas de opinión para las elecciones presidenciales de 2018.
AMLO se ha opuesto durante años a la reforma energética y su máxima asesora de energía, Rocío Nahle, dice que el combativo político de 62 años tomaría una serie de medidas concretas para deshacerla en caso de llegar a la presidencia.
La también diputada dice que AMLO buscaría librar a México de las importaciones de combustibles, producir más en casa en nuevas refinerías y fortalecer a la gigante petrolera estatal Pemex PEMX.UL , cuyo monopolio en el sector acabó con la reforma energética.
En 2006, López Obrador estuvo a menos de un punto porcentual de ganar las elecciones. Seis años después perdió por cerca de 6 puntos porcentuales ante Peña Nieto, cuya popularidad está en mínimos por escándalos de conflicto de interés, una economía sin brillo y la creciente violencia del narcotráfico.
Varias encuestas recientes lo muestran sobre posibles contendientes, con una aprobación del 36 por ciento según un sondeo del diario El Universal, lo que podría ser suficiente para ganar en la democracia multipartidista de México.
Nahle, la líder en la Cámara baja del Congreso del nuevo partido político de López Obrador, Morena, dice que para frenar la reforma se llamaría a una consulta pública inmediata sobre si a las compañías petroleras se les debe permitir que solas desarrollen proyectos, como permite la reforma de Peña Nieto.
AMLO buscaría que Pemex tome participaciones mínimas en todos los futuros contratos petroleros y también podría tratar de revocar dos docenas ya firmados.
"Los contratos que están ellos (el Gobierno) firmando, no estaban avalados por el pueblo de México y cuando tú no tienes el soporte de la soberanía nacional, pues es riesgo", dijo Nahle.
Bajo su Gobierno, se asignarían de manera directa contratos de nuevos yacimientos de petróleo a Pemex, en vez de subastarlos como está previsto en la reforma energética.
En un posible cambio en el enfoque de AMLO sobre la energía, Nahle dijo que Morena favorecía una "apertura responsable" del sector petrolero y gasífero e, incluso, elogió la refinería conjunta de Deer Park entre Pemex y Royal Dutch Shell (LON:RDSb) RDSa.L en Texas.
Aunque es poco probable que López Obrador y sus aliados logren la mayoría en el Congreso necesaria para derogar la reforma energética, que está consagrada en la Constitución, no se vería obligado a ponerla en práctica.
En 2013, un mes antes de que el Congreso aprobara los cambios constitucionales que allanaron el camino para la histórica apertura, López Obrador envió cartas a los directores ejecutivos de 10 empresas petroleras internacionales, entre ellas Exxon Mobil (NYSE:XOM) XOM.N y Chevron (NYSE:CVX) CVX.N , alertándolos de no firmar nuevos contratos en México.
Hasta ahora, gran parte de las mayores petroleras se han mantenido fuera de las licitaciones de nuevos contratos, pero se espera que eso cambie con la primera subasta de contratos para aguas profundas prevista para diciembre.
Más de dos docenas de grandes empresas ya han comenzado el proceso de precalificación, incluida la británica BP BP.L y la francesa Total TOTF.PA .
(Traducido por Verónica Gómez Sparrowe; Editado en español por Silene Ramírez)