Infosel, marzo. 26.- El proceso de modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) parece a punto de entrar en su recta final, a medida que se acerca la octava ronda de negociaciones y el plazo para lograr un acuerdo antes de las elecciones presidenciales de México se agota.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, quien encabeza al equipo negociador de ese país en los diálogos para reescribir el TLCAN, presionó a sus contrapartes de Canadá y México para anunciar un acuerdo en principio de un nuevo texto que rija las relaciones comerciales en Norteamérica, tan pronto como el próximo 31 de marzo, reportó el portal Inside U.S. Trade.
Además, Lighthizer busca completar un documento preliminar legal para el 1 de mayo, agregó el portal estadounidense especializado en noticias comerciales, con base en fuentes anónimas con conocimiento de las conversaciones.
Ese documento preliminar es un borrador en el que los socios del convenio comercial piden borrar o mantener algunos términos legales en el texto final del acuerdo.
Muchos han expresado preocupaciones por el futuro de esa negociación, que fue ordenada por el presidente estadounidense, Donald J. Trump, especialmente porque México vivirá elecciones presidenciales y renovará ambas cámaras del poder legislativo, mientras que el país vecino del norte hará lo propio con la mayoría de su Congreso.
Algunos creen que sería óptimo lograr una negociación con los equipos actuales, ante la incertidumbre del cambio de gobierno en México y la posible llegada de una administración que no necesariamente esté de acuerdo con los puntos alcanzados.
De ahí que ahora, el gobierno de Estados Unidos espera tener ese texto preliminar para el primer día de mayo, por ser además la fecha en la que termina el periodo de gracia que Trump otorgó a Canadá y México para que quedaran exentos de los aranceles que impuso a las importaciones estadounidenses de acero y aluminio.
"El equipo de Canadá fue entusiasta con la idea de concretar las negociaciones del TLCAN rápidamente y todos los países reconocieron la necesidad de trabajar hacia esa conclusión", reportó Inside Trade, con base en personas cercanas a la negociación.
La Casa Blanca determinó hace un par de semanas que las importaciones de acero pagarán un arancel de 25%, mientras que las de aluminio tributarán con 10%, a excepción de las que provienen de Canadá y México.
Sin embargo, el gobierno de Trump aclaró que esa exención depende de los acuerdos que Estados Unidos alcance con sus vecinos del Norte y Sur para "rebalancear" el comercio en Norteamérica.
El reporte del portal especializado en comercio coincide con las reuniones que Lighthizer sostuvo con Chrystia Freeland e Ildefonso Guajardo, la ministra de Relaciones Exteriores canadiense y el secretario de Economía mexicano, respectivamente, en Washington D.C., durante la semana pasada.
La reunión entre Guajardo y Lighthizer duró más de dos horas, de acuerdo con el diario Reforma.
Esa junta, además, se dio después que el periódico canadiense The Globe And Mail reportó que Estados Unidos planeaba dejar su propuesta polémica de incluir una regla de origen doméstica para la industria automotriz, algo que pudo haber influido sobre esa decisión.
La propuesta estadounidense buscaba que las ensambladoras de vehículos utilizaran al menos 50% del contenido en sus autos manufacturado en Estados Unidos, y así aumentar la regla de contenido regional de 62.5 a 85% para el sector automotor. Esa oferta ha sido rechazada por Canadá, México y la industria automotriz de los tres países.
Ahora, los equipos negociadores de los tres socios comerciales se reunirán en Washington, del 8 al 16 de abril, para llevar a cabo la octava ronda de negociaciones del TLCAN, en la que probablemente abordarán ese sector y otros puntos álgidos de los diálogos.
Algunos analistas, sin embargo, son escépticos respecto a las fechas que buscan los negociadores estadounidenses, ya que aún ven muchos temas en los que los tres socios comerciales aparentemente se encuentran lejos de llegar a un acuerdo dentro del TLCAN, más allá de los relacionados con el sector automotor.
Por ejemplo, el gobierno de Trump busca eliminar los capítulos que regulan los mecanismos de resolución de controversias entre empresarios bajo el marco del TLCAN, una propuesta que no ha sido bien vista por los gobiernos de Canadá y México.
"Esto no acaba con los problemas del TLCAN. Aún existen muchas diferencias que deben ser planchadas y de los cuales no vemos una solución rápida", escribieron Pedro Tuesta y Kevin Harris, analistas de la consultoría estadounidense Continuum Economics, en un reporte. "Ni Canadá o México van a ceder terreno en el debate relacionado con la resolución de controversias y hasta ahora no hay reportes de que Estados Unidos se esté retractando".
"Las tres naciones podrían estar cerca de un nuevo acuerdo, pero no uno definitivo, y no es claro qué tan vinculante sería este acuerdo en principio", agregaron los economistas. "Aún hay mucho trabajo por hacer antes de una firma definitiva".