El Banco Central Europeo (BCE) se mantiene firme en su planteamiento sobre la posible necesidad de intervenir en el mercado de renta fija francés, ya que los acontecimientos políticos han suscitado dudas sobre la estabilidad del mercado.
El Foro anual del BCE sobre banca central, celebrado en Sintra (Portugal), permitió conocer la disposición de la institución a utilizar su Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI) en caso de perturbaciones en el mercado.
El TPI, que permite al BCE comprar una cantidad ilimitada de bonos de un país de la zona euro que experimente condiciones de financiación injustificadas o desordenadas, no se ha activado a pesar del reciente repunte de la prima de riesgo de la deuda francesa hasta alcanzar su nivel más alto en 12 años. El economista jefe del BCE, Philip Lane, calificó el aumento de mera "revalorización", sugiriendo que las condiciones actuales no cumplen los criterios para la activación del TPI.
Los banqueros centrales presentes en el foro de Sintra indicaron que incluso una diferencia de 100 puntos básicos entre los rendimientos de los bonos franceses y alemanes no desencadenaría automáticamente la intervención. El BCE necesitaría un aumento significativo del rendimiento que impidiera la transmisión de sus tipos de interés a la economía. Gabriel Makhlouf, gobernador del banco central irlandés, subrayó que el funcionamiento de la transmisión es el factor determinante.
El aspecto "injustificado" de las condiciones del TPI está abierto a interpretación y ha sido un punto de discordia entre los responsables políticos. El incumplimiento por parte de Francia de las normas fiscales de la Unión Europea, en concreto su procedimiento de déficit excesivo, complica la elegibilidad.
Sin embargo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, mencionó que se trata sólo de "una condición alternativa", y algunos gobernadores creen que el BCE debería esperar a que Francia alcance un acuerdo con la Comisión Europea sobre la reducción del déficit.
Si la venta de bonos en Francia afectara a otros países muy endeudados, como Grecia, Italia y Portugal, el BCE podría verse obligado a actuar con mayor prontitud. Lagarde reconoció el mandato de estabilidad de precios del BCE, que depende de la estabilidad financiera, lo que indica vigilancia al respecto.
En caso de turbulencias en los mercados, el BCE aún no ha planeado acciones específicas, pero ha considerado varias respuestas, incluidas intervenciones temporales similares a la estrategia del Banco de Inglaterra durante la minicrisis presupuestaria de 2022. Los responsables políticos se muestran cautos a la hora de comprometerse con reglas fijas y prefieren mantener la flexibilidad en su respuesta.
El gobernador belga, Pierre Wunsch, destacó la importancia de evitar señales que pudieran sugerir actuaciones automáticas o constreñidas del BCE, afirmando: "La regla es que debe ser injustificada y desordenada. Será un juicio de valor".
En vísperas de la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias francesas, la postura del BCE sigue siendo de cautelosa observación, sin planes inmediatos de emprender la compra de bonos, pero dispuesto a actuar si la situación se deteriora y cumple los criterios del TPI.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.