Estados Unidos ha registrado un déficit presupuestario de 1,833 billones de dólares para el año fiscal 2024, lo que supone el déficit más alto desde la pandemia de COVID-19, según datos del Departamento del Tesoro publicados el viernes. Esta cifra representa un aumento del 8%, es decir, 138.000 millones de dólares más que el déficit del año fiscal anterior, de 1,695 billones de dólares.
El déficit, que concluyó con el año fiscal el 30 de septiembre, es el tercero mayor de la historia de Estados Unidos, sólo superado por los déficits de los años fiscales 2020 y 2021, que fueron de 3,132 y 2,772 billones de dólares respectivamente, impulsados por las medidas de alivio COVID-19.
Un factor importante que contribuye al déficit del ejercicio fiscal 2024 son los intereses de la deuda federal, que por primera vez superaron el billón de dólares, alcanzando los 1,133 billones. Este aumento del 29% en el coste de los intereses ha superado el gasto tanto en el programa sanitario Medicare como en defensa. A pesar de ello, un alto funcionario del Tesoro observó un descenso del tipo de interés medio ponderado de la deuda federal en septiembre, el primer descenso desde enero de 2022.
La brecha presupuestaria del año fiscal 2024 equivale al 6,4% del producto interior bruto, frente al 6,2% del año anterior. Este aumento podría poner en entredicho la posición de responsabilidad fiscal de la vicepresidenta Kamala Harris de cara a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, en las que se enfrenta al candidato republicano Donald Trump.
El Comité para un Presupuesto Federal Responsable ha proyectado que los planes de Trump podrían añadir 7,5 billones de dólares en nueva deuda, lo que supone más del doble de los 3,5 billones previstos en las propuestas de Harris.
A pesar del creciente déficit, el Tesoro informó de una recaudación récord en EE.UU. para el año fiscal 2024 de 4,919 billones de dólares, un aumento del 11% respecto al año anterior. Esta subida se atribuye al crecimiento de la recaudación de impuestos individuales no retenidos y de sociedades. Los desembolsos federales también aumentaron un 10%, o 617.000 millones de dólares, totalizando 6,752 billones de dólares para el año.
En septiembre, el Gobierno registró un superávit de 64.000 millones de dólares, una notable mejora respecto al déficit de 171.000 millones de septiembre de 2023. Sin embargo, este superávit se debió en gran medida a los ajustes de calendario para el pago de prestaciones, sin los cuales habría habido un déficit de 16.000 millones de dólares en el mes.
Los ingresos de septiembre alcanzaron la cifra récord de 528.000 millones de dólares, un 13% más que el año anterior, mientras que los desembolsos disminuyeron un 27%, hasta 463.000 millones de dólares, de nuevo debido en gran parte a los ajustes de calendario.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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