El Gobernador del Banco Central de Turquía, Fatih Karahan, ha expresado su firme compromiso de reducir la inflación, haciendo hincapié en la continuación de una política monetaria restrictiva en una entrevista realizada el miércoles.
Karahan, que asumió el cargo en febrero, destacó la importancia de mantener la política restrictiva hasta que los datos se alineen con la trayectoria de desinflación del banco. Afirmó que aún quedan progresos por hacer y que es necesaria una disminución significativa y sostenida de la tendencia mensual de la inflación.
El firme planteamiento del banco se produce tras el reciente descenso de la tasa de inflación anual de Turquía, que cayó hasta el 71,6% en junio, una notable mejora respecto al 75,45% registrado en mayo, y la tasa más alta desde noviembre de 2022.
La inflación mensual también ha registrado un notable descenso. A pesar de estas mejoras, Karahan sugiere que es prematuro considerar la caída de junio como indicativa de una tendencia a más largo plazo.
Desde junio de 2023, el banco central ha aumentado los tipos de interés en un total de 4.150 puntos básicos, culminando con una subida de 500 puntos básicos en marzo de 2023, situando el tipo en el 50%. Esta acción agresiva revirtió un periodo de políticas de tipos bajos destinadas a estimular el crecimiento económico, que habían contado con el apoyo del presidente Tayyip Erdogan.
Los comentarios de Karahan parecen contrarrestar las expectativas de una inminente relajación de la política monetaria, a pesar de las predicciones de Goldman Sachs de un posible recorte de tipos en torno a septiembre debido a las presiones sobre la lira turca. La lira experimentó una ligera depreciación hasta 32,5675 frente al dólar, mientras que el principal índice bursátil de Estambul experimentó una subida del 0,5% el jueves.
El Banco Central prevé que la desinflación se instale en el segundo semestre del año, con una tasa de inflación prevista para finales de año del 38%, debido a la estricta política monetaria. Esta previsión es más optimista que las expectativas de los economistas encuestados, que prevén que la tasa de inflación descienda hasta alrededor del 42% a finales de año.
El tono de halcón de Karahan y las medidas del banco central ponen de relieve una estrategia prudente pero decidida para hacer frente a las presiones inflacionistas, con énfasis en el seguimiento de los datos económicos y la gestión de las expectativas para evitar cambios prematuros en la política.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.