Investing.com – El macroproyecto de infraestructura de la nueva Ruta de la Seda de China puede ser tan ambicioso como controvertido.
Aunque Pekín afirma que el plan de un billón de dólares pretende propiciar una nueva era de comercio global, algunos países, incluidos los europeos, están preocupados de que se trate de una herramienta para el expansionismo chino.
Durante su reciente visita al país asiático, el presidente francés, Emmanuel Macron, se hizo eco de esa preocupación. Aunque manifestó su apoyo al proyecto, subrayó que se necesita un espíritu de cooperación para que no se desarrolle “en una única dirección”.
Oficialmente conocida como la iniciativa ‘One Belt, One Road’, el proyecto pretende unir China con Europa, Asia y África a través de una red de puertos, vías férreas y carreteras.
En la Unión Europea, hay preocupación de que China pueda ganar influencia en países de Europa del Este y Europa central, donde más se necesitan grandes proyectos de nueva infraestructura.