En un esfuerzo por impulsar el crecimiento económico del Reino Unido, la ministra de Economía, Rachel Reeves, anunció una estrategia global destinada a aumentar la construcción de viviendas, agilizar los proyectos de infraestructuras y atraer la inversión privada. El plan, descrito como una "misión nacional", llega tras la reciente victoria electoral del Partido Laborista, que puso fin a su periodo de 14 años en la oposición.
Reeves hizo hincapié en la urgencia de la situación, afirmando que, aunque el gobierno no puede resolver los retos económicos del país de la noche a la mañana, están comprometidos a realizar cambios significativos. El Gobierno laborista reintroducirá objetivos obligatorios de construcción de viviendas para los ayuntamientos, aumentará el número de funcionarios de urbanismo y agilizará el proceso de planificación de proyectos de infraestructuras clave. Además, Reeves destacó que el Gobierno se centrará en resolver las decisiones de planificación pendientes para facilitar el progreso.
Con el fin de impulsar el sector de la energía verde, Reeves anunció que los proyectos a gran escala se evaluarían a escala nacional y no local, levantando así la prohibición de facto de los parques eólicos terrestres. Este planteamiento forma parte de un esfuerzo más amplio por reactivar el crecimiento sin aumentar la presión fiscal sobre los trabajadores.
La economía británica atraviesa dificultades, y se prevé que el crecimiento sea inferior al 1% este año, lo que la convierte en una de las más débiles del G7 desde la pandemia de COVID-19. Con una deuda pública que roza el 100% del PIB y una proporción de los impuestos en el PIB que va a alcanzar máximos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno se enfrenta a una situación financiera desesperada.
Reeves se ha comprometido a tomar las decisiones necesarias, aunque difíciles, para estimular el crecimiento, incluso frente a la posible oposición local. Ha ordenado que se presente un informe sobre el legado financiero del país antes de las vacaciones parlamentarias de verano, preparando el terreno para un anuncio presupuestario más detallado a finales de año.
Los analistas anticipan que el próximo informe revelará la insostenibilidad de los planes presupuestarios dejados por el anterior gobierno, lo que probablemente obligará a revisar en profundidad las políticas fiscales y de gasto. Raoul Ruparel, antiguo asesor de la ex primera ministra Theresa May, sugiere que el informe allanará el camino para estos cambios.
El ministro de Finanzas, que anteriormente trabajó como economista en el Banco de Inglaterra, también pretende restablecer la confianza de los inversores internacionales, que había decaído tras la votación del Brexit en 2016 y el posterior relevo de primeros ministros. Los datos oficiales indican un descenso de las entradas de inversión extranjera directa en los últimos cinco trimestres.
Los profesionales de la inversión, como Toby Gibb, de Artemis, y Mark Dowding, de BlueBay Asset Management, expresaron un cauto optimismo sobre la dirección del nuevo Gobierno, anticipando un "periodo de luna de miel" en el que los inversores podrían estar más inclinados a conceder a Reeves el beneficio de la duda.
En respuesta a las preocupaciones de los votantes, en particular la escasez de vivienda, que ha hecho inasequible la propiedad para muchos, se espera que el plan de Reeves aumente la oferta de nuevas viviendas. Sin embargo, según Aynsley Lammin, analista de Investec, para que la iniciativa de construcción de viviendas tenga éxito habrá que hacer frente a problemas como la oposición local y la escasez de trabajadores de la construcción.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.