LONDRES - El reciente repunte de la volatilidad en los mercados bursátiles ha provocado enormes pérdidas a los inversores que apostaron contra esas fluctuaciones. Esto incluye a operadores minoristas, fondos de cobertura y fondos de pensiones, que han perdido colectivamente miles de millones debido a la venta de acciones a escala mundial. El índice CBOE VIX, que mide las expectativas de volatilidad del mercado, experimentó el lunes su mayor subida intradía y cerró en niveles no vistos desde octubre de 2020, en medio de la preocupación por una recesión en Estados Unidos y una rápida liquidación de posiciones. Este acontecimiento borró 4.100 millones de dólares en rendimientos de diez grandes fondos cotizados (ETF) de volatilidad corta, un retroceso significativo respecto a las ganancias anteriores del año.
Los inversores habían apostado contra la volatilidad del mercado, beneficiándose mientras el VIX se mantuviera bajo. Esta estrategia se había hecho cada vez más popular, y al parecer los bancos contribuyeron a la estabilidad del mercado cubriendo sus nuevos negocios antes de que estas apuestas se volvieran negativas el 5 de agosto. Los inversores minoristas, junto con los hedge funds y los fondos de pensiones, habían invertido miles de millones en estas estrategias de volatilidad corta. JPMorgan estimó en marzo que los ETF de volatilidad corta cotizados en bolsa gestionaban activos por un total de unos 100.000 millones de dólares.
Larry McDonald, autor de "How to Listen When Markets Speak" (Cómo escuchar cuando hablan los mercados), señaló la espectacular tasa de variación del VIX el 5 de agosto, que indicaba la magnitud de las pérdidas de las estrategias de volatilidad a corto plazo. También señaló que los datos disponibles públicamente sobre el rendimiento de los ETF no reflejaban plenamente las pérdidas experimentadas por los fondos de pensiones y los hedge funds, que realizan operaciones privadas a través de los bancos.
El miércoles, el VIX había retrocedido a unos 23 puntos, por debajo del máximo del lunes, pero aún por encima del nivel de una semana antes. El atractivo de esta estrategia de negociación se debe en parte al auge de las opciones con vencimiento a día cero, que empezaron a ser negociables diariamente en 2022 y se incluyeron en los ETF en 2023. Estas opciones permitieron a los inversores vender volatilidad con mayor frecuencia. El S&P 500 había registrado una subida de más del 15% entre enero y el 1 de julio, mientras que el VIX cayó un 7%, lo que hizo que las apuestas a corto sobre la volatilidad parecieran lucrativas.
Algunos hedge funds realizaron operaciones de volatilidad a corto más complejas, y unos pocos apostaron por la disparidad entre la baja volatilidad del S&P 500 y el máximo rendimiento de los valores individuales en mayo. PivotalPath, que realiza el seguimiento de 25 hedge funds que operan con volatilidad, informó de que estos fondos, con 21.500 millones de dólares en activos gestionados, registraron una pérdida del 10% el 5 de agosto para los que se pusieron cortos en volatilidad, mientras que el grupo más amplio experimentó rentabilidades de entre el 5,5% y el 6,5%.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.