Las recientes cifras de inflación de Canadá y Australia han suscitado inquietud sobre el ciclo de relajación monetaria mundial previsto, lo que podría afectar a las inversiones asiáticas y de los mercados emergentes. El informe del miércoles mostró un sorprendente aumento de la inflación en Australia en mayo, que alcanzó el 4%, lo que ha desplazado las expectativas de un posible recorte de los tipos de interés a un aumento dentro del año.
Tras la noticia de la inflación, la subida del dólar australiano fue efímera, al igual que la del dólar canadiense, que también experimentó un repunte después de que sus propias cifras de inflación superaran las previsiones a principios de semana. Ambas divisas acabaron cayendo frente al fortalecimiento del dólar estadounidense, que el miércoles alcanzó máximos de dos meses frente a un grupo de divisas importantes.
La fortaleza del dólar estadounidense, junto con el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que experimentaron un salto significativo el miércoles, es motivo de preocupación para Asia y los mercados emergentes. Un dólar fuerte puede endurecer las condiciones financieras mundiales y desviar capitales hacia activos estadounidenses, potencialmente a expensas de los mercados emergentes.
En Estados Unidos, Wall Street terminó ligeramente al alza, pero la evolución del dólar y de los rendimientos del Tesoro podría tener un efecto más pronunciado en los mercados asiáticos el jueves. El calendario económico para Asia y el Pacífico incluye varias publicaciones clave: Las ventas minoristas japonesas, los beneficios industriales chinos, una decisión sobre los tipos de Filipinas y un discurso del subgobernador del Banco de la Reserva de Australia, Andrew Hauser.
Se espera que el banco central filipino mantenga su tipo de interés oficial en el 6,50% por sexta vez consecutiva, y las previsiones apuntan a que el primer recorte de tipos podría producirse en el último trimestre del año. El peso filipino se ha debilitado hasta su punto más bajo este año frente al dólar estadounidense, con una caída del 6% en lo que va de año.
El yen japonés también ha experimentado un notable descenso, cayendo el miércoles a su nivel más bajo en 38 años frente al dólar, cotizando ahora muy por debajo del nivel de 160,00 por dólar. Este umbral provocó hace casi dos meses una importante intervención compradora de yenes por parte de las autoridades japonesas. A pesar de la caída del yen, hasta ahora no se ha producido ninguna intervención.
La volatilidad del tipo de cambio dólar/yen ha aumentado, y la volatilidad implícita a un día registró su mayor subida desde mediados de mayo, aunque volvió a los niveles del día anterior. La volatilidad implícita a una semana registró el mayor aumento en cuatro semanas, pero también volvió a los niveles de mediados de junio, lo que indica que los operadores aún no prevén una intervención agresiva.
Reuters ha colaborado en la elaboración de este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.