Los responsables de finanzas de los países del G7 se reúnen hoy para seguir debatiendo el plan propuesto de utilizar los ingresos procedentes de los activos soberanos rusos congelados para respaldar un préstamo de 50.000 millones de dólares a Ucrania. Estados Unidos está especialmente interesado en garantizar que estos activos permanezcan congelados durante un periodo prolongado, sobre todo hasta que se alcance un tratado de paz que ponga fin a la guerra en curso, defienda la soberanía de Ucrania y responsabilice a Rusia de los daños causados por la guerra.
La reunión, que se celebra paralelamente a la cumbre de líderes financieros del G20 en Brasil, no concluirá probablemente con un acuerdo o anuncio formal. En su lugar, los ministros de Finanzas del G7 profundizarán en los aspectos técnicos del plan de préstamo. Simultáneamente, los embajadores de la Unión Europea están explorando formas de abordar las preocupaciones de Estados Unidos sobre la longevidad de la congelación de activos.
En junio, los líderes del G7 habían consentido la idea de aprovechar unos 300.000 millones de dólares en activos rusos, inmovilizados desde la invasión de Ucrania en 2022, para reforzar un préstamo sustancial para Ucrania. Esto garantizaría el apoyo financiero al país más allá del año en curso sin sentar un arriesgado precedente de confiscación de activos, que la UE teme que pueda perturbar el sistema financiero mundial.
Sin embargo, los intrincados detalles del plan de préstamo han resultado ser más difíciles de lo previsto inicialmente. Estados Unidos busca garantías sólidas de que los activos no se reactivarán, lo que podría detener el flujo de beneficios destinados a Ucrania, a menos que se llegue a un acuerdo de paz que incluya reparaciones por parte de Rusia.
La garantía que busca Estados Unidos choca en cierto modo con la política de sanciones de la UE a Rusia, que exige su renovación cada seis meses. Esta política plantea la posibilidad de que los activos congelados se liberen prematuramente.
Un borrador de documento de la UE reveló que los embajadores de los Estados miembros de la UE están estudiando actualmente opciones para ampliar el periodo de renovación de las sanciones sobre los activos del banco central ruso. El objetivo es proporcionar un marco más predecible y jurídicamente seguro para los socios del G7, garantizando el flujo continuo de ingresos a Ucrania. Los cambios propuestos incluyen una prórroga indefinida o una prórroga específica de hasta tres años. Para ello sería necesario el acuerdo unánime de los Estados miembros de la UE.
La prórroga facilitaría la concesión de préstamos bilaterales adicionales a Ucrania por parte de la UE y los socios del G7, destinados a ayudar al país a gestionar y pagar sus deudas. Las conversaciones están en curso, y los dirigentes financieros del G7 se han comprometido a hacer operativo el plan de préstamo.
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.