Capital Economics prevé fuertes vientos en contra para el crecimiento de los mercados emergentes en 2025, con unas expectativas por debajo del consenso.
La empresa prevé que, si bien la política comercial de EE.UU. afectará principalmente a China y México, el impacto global en la mayoría de los países será limitado.
Se espera que las divisas de los mercados emergentes se deprecien en 2025, pero debido a la solidez de los balances de los mercados emergentes, parece poco probable que se produzca un ajuste desordenado.
En China, el Gobierno ha indicado una mayor relajación de las políticas para apoyar la actividad económica a corto plazo. A pesar de ello, la empresa prevé una ralentización del crecimiento chino para el próximo año, impulsada por un entorno exterior más duro y un descenso continuado de los precios inmobiliarios y de la construcción.
India, por su parte, experimenta una desaceleración tras un periodo de buenos resultados económicos. El informe sugiere que es probable que la economía india obtenga peores resultados en su mercado local de renta variable que otros grandes índices de referencia.
Para otras economías asiáticas, la empresa prevé que con un crecimiento débil persistente y una inflación baja, los bancos centrales de la región probablemente seguirán reduciendo los tipos de interés en los próximos meses.
Las perspectivas para Europa emergente no son optimistas, ya que la empresa prevé que la mayoría de las economías de la región experimenten un crecimiento decepcionante en 2025, a diferencia del consenso. Sin embargo, es probable que una inflación superior a la prevista haga que los tipos de interés terminen el año por encima de lo que muchos prevén.
En América Latina, la empresa prevé un débil crecimiento del PIB debido a las políticas restrictivas, el empeoramiento de la relación de intercambio y, en particular para México, el impacto del proteccionismo comercial estadounidense.
También se destacan los riesgos fiscales, ya que se espera que los gobiernos tengan dificultades para cumplir los objetivos presupuestarios, lo que podría dejar vulnerables a las monedas locales.
Por último, se prevé que la región de Oriente Medio y Norte de África experimente un repunte del crecimiento del PIB en 2025-26, apoyado por el aumento de la producción energética.
Sin embargo, se espera que los efectos positivos de unos tipos de interés más bajos se vean contrarrestados por una política fiscal estricta, que probablemente reprimirá la demanda interna.
Mientras tanto, se prevé que el África Subsahariana experimente una aceleración del crecimiento del PIB a partir de principios del próximo año debido a la caída de la inflación y a una política monetaria más laxa, aunque la estricta política fiscal limitará el alcance de la recuperación.
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