Investing.com - Tras 15 años de la famosa quiebra de Lehman Brothers, los expertos recuerdan el momento que generó una de las mayores crisis financieras de los últimos años.
James Athey, Investment Director de abrdn, resume todas las condiciones que llevaron a que se produjese esta crisis y el papel que tuvieron los bancos centrales.
"Las condiciones que condujeron a la quiebra de Lehman Brothers se gestaron mucho tiempo atrás. Bajo la presidencia de Alan Greenspan, la Reserva Federal (Fed) se había convertido en una institución cada vez más experta en el uso de la política monetaria como respuesta a los desafíos a la estabilidad económica de Estados Unidos. Siempre que existía alguna inquietud, la Fed recortaba los tipos y hacía que todo el mundo se sintiera mejor. El presidente Greenspan llegó a ser conocido como El Maestro, debido al éxito de sus perennes intervenciones", recuerda Athey.
"La conmoción que supuso la quiebra de Lehman hizo que los mercados de crédito se paralizaran casi instantáneamente. La liquidez a corto plazo es el aceite que mantiene en funcionamiento la maquinaria financiera y cuando desaparece, el efecto es dramático. En ese momento, sale a la luz el verdadero propósito de un banco central. En palabras del pionero de los bancos centrales del siglo XIX, Walter Bagehot, su función es la de ser el banco central es el prestamista de última instancia", añade este experto.
Según explica Athey, "cuando los bancos y las instituciones temen demasiado por su propia supervivencia como para prestarse dinero unos a otros, el banco central interviene y proporciona liquidez a quienes la necesitan para sobrevivir. Sin embargo, en opinión de Bagehot, para evitar apuntalar a empresas insolventes (y no ilíquidas), los préstamos deben concederse contra garantías de calidad y a tipos de interés punitivos. Pero este consejo es difícil de seguir cuando todo el sistema está en peligro, así que se abrieron las compuertas de la liquidez".
"La suerte estaba echada; el precedente estaba sentado. En los años siguientes, muchos de nosotros cuestionaríamos la sensatez de la provisión de liquidez sin reservas fuera de escenarios tan peligrosos como el que existía hace 15 años. Esta respuesta inicial de la Fed, reflejada por muchos otros bancos centrales de todo el mundo, era difícil de discutir. Nadie se queda de brazos cruzados en un evento de extinción", señala Athey.
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La lección equivocada
"Por desgracia, los bancos centrales aprendieron la lección equivocada, creyendo ahora que podían " salvarlo todo " con acciones cada vez más agresivas y experimentales y que esas acciones no tendrían coste alguno", añade.
"Así, en 2020, cuando llegó la pandemia, sabían qué hacer, y nosotros sabíamos lo que se avecinaba. La respuesta de los bancos centrales fue pavloviana: ver problema, imprimir dinero. Nadie se paró a preguntar si esta situación podría ser diferente: cuando se tiene un martillo, cualquier problema es un clavo. Años de intervención de los bancos centrales habían aplastado la voluntad o la capacidad del mercado para proporcionar disciplina a los gobiernos, así que cuando los bancos centrales se apresuraron a comprar bonos, los gobiernos del mundo se apresuraron a emitirlos y a repartir dinero entre sus poblaciones. La transmisión de dinero a la economía real que había faltado en el mundo posterior a la crisis volvió con fuerza", explica Athey.
Según dice este experto, "el verdadero problema era que la pandemia paralizaba la economía mundial. La producción mundial de bienes se detuvo. Durante años, la fabricación mundial se había trasladado a productores de bajo coste, bajando los precios y manteniendo baja la inflación, incluso cuando la economía estaba en expansión. En cuestión de semanas, ahora nos enfrentábamos al extremo opuesto: una oferta masivamente obstaculizada con una enorme demanda impulsada por el dinero gratis".
"El resultado era inevitable, y las instituciones encargadas de mantener una tasa de inflación baja y constante crearon el episodio de inflación más alto y perjudicial de los últimos 40 años. Su complicidad en la creación de los cimientos de una crisis única en el siglo les había enseñado mal mientras trataban de limpiar su propio desastre. Esas malas lecciones provocaron lo único que por mandato legal deben evitar: una espiral inflacionista", añade.
"Ahora, su respuesta excesivamente agresiva a este grave episodio inflacionista tiene todas las posibilidades de sumir a las economías en una recesión, ya que los responsables políticos vuelven a compensar un error con el error contrario", concluye Athey.