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Por Mitra Taj
LA PAZ, 24 oct (Reuters) - El presidente boliviano, Evo Morales, atacó el jueves a los observadores electorales oficiales por dudar de la legitimidad de lo que, dijo, fue su amplio triunfo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y sugirió que el grupo era parte de un intento de golpe de Estado.
En comentarios desafiantes, después de que un recuento de votos casi final que le dio una ventaja suficiente para evitar una segunda vuelta, Morales dijo que la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) lo calumnió al plantear lo que llamó "serias dudas" sobre el conteo y la imparcialidad de la elección del domingo.
El equipo local de la OEA recomendó el jueves que Bolivia convoque una segunda vuelta después de una interrupción inesperada del conteo de votos y un cambio repentino de tendencia en favor de Morales, lo que provocó protestas y acusaciones de manipulación por parte de la oposición.
"No quiero entender que la misión de la OEA ya está con golpe de Estado", dijo en una rueda de prensa, en la que volvió a acusar a su principal rival, el también expresidente Carlos Mesa, de tratar de robarle la victoria.
"Es un golpe de Estado interno y externo. La OEA en su conjunto debería evaluar a ellos también, a la misión que ha venido", agregó.
La misión de la OEA no quiso hacer comentarios inmediatamente.
Sin embargo, la cancillería de Colombia dijo por la noche que su país, Estados Unidos, Brasil y Argentina están profundamente preocupados por anomalías en las elecciones bolivianas y que urgieron a las autoridades electorales a trabajar con la OEA para garantizar la transparencia.
El líder izquierdista dijo que aceptaría una auditoría del conteo final de votos por parte de la OEA, pero pareció rechazar su condición de que sus conclusiones sean legalmente vinculantes.
El recuento de votos, casi finalizado, mostraba el jueves que Morales, quien ha gobernado Bolivia durante casi 14 años, obtenía el 47,1% de los votos con el 99,9% de los votos contados, frente al 36,5% de Mesa.
El ganador necesita el 40% de los votos más una ventaja de 10 puntos porcentuales para ganar directamente y evitar una votación de segunda vuelta el 15 de diciembre.