por Michelle del Campo
(Retransmite la nota publicada el 7 de noviembre)
Infosel, noviembre. 8.- Ford, el tercer productor de automóviles de origen estadounidense, sorprendió a algunos cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que a lo largo de octubre no armó vehículos en sus plantas de México.
La razón que adujo la compañía, con sede en Detroit, es que puso en marcha las adecuaciones necesarias para armar vehículos eléctricos en sus líneas de producción.
Ford está en medio de un proceso de reconfiguración de su planta de Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, donde hasta septiembre armó el modelo Fiesta, ya que el próximo año elaborará ahí un nuevo modelo eléctrico, como ya había adelantado la compañía el año pasado.
El plan de la armadora a nivel global es desarrollar 40 modelos eléctricos o híbridos a nivel consolidado para 2022; en línea con los esfuerzos de la industria por alejarse del motor de combustión interna, para enfrentar las nuevas tendencias y preferencias de los consumidores. La inversión prevista para este objetivo es de 11 mil millones de dólares.
No obstante, existe una segunda razón que está en sintonía con las dificultades que ha enfrentado el sector derivadas de la baja demanda en los mercados que abastece México.
"Ford continúa igualando la producción con la demanda del consumidor, como siempre lo hacemos", dijo Ford Motor Company (NYSE:F) a Infosel en una respuesta enviada por correo electrónico.
El centro de producción de Hermosillo, en el estado de Sonora, donde produce los sedanes Ford Fusion y Lincoln MKZ, entró en paro técnico para atender los alicaídos niveles de demanda, una práctica que es habitual para cualquier armadora de vehículos a nivel mundial, confirmó Ford México.
Lo que no es habitual es que Ford detenga en México por completo sus operaciones de armado de vehículos --la producción de motores y transmisiones no cesó--, ya que no existe registro de ello al menos en los últimos 15 años, de acuerdo con datos de Asociación Mexicana de la industria Automotriz (AMIA).
Incluso la nula producción de Ford resalta más al compararla con General Motors (NYSE:GM), la mayor automotriz de Estados Unidos, que a pesar de verse obligada a detener sus líneas de producción en las plantas de amos Arizpe y Silao al no tener suministros por la huelga que la empresa enfrentó en Estados Unidos gran parte del mes, logró armar más de 30 mil SUV y dos mil pick ups en el país y mantiene prácticamente sin cambios sus niveles de producción en México durante 2019 con respecto al año pasado.
El único antecedente de un gran fabricante que paró su producción todo un mes fue la también estadounidense Chrysler, que en mayo de 2009, en el contexto de una crisis financiera mundial, redujo a cero su producción en el país.
Claro que Ford no es la única que está pasando por un mal momento en términos de producción en el país.
En octubre la industria automotriz de México tuvo su peor desempeño desde la crisis financiera global de hace una década. La producción de autos mexicanos bajó 16.4% en octubre con respecto al mismo mes de 2018, al pasar de 372 mil unidades hace un año a 311 mil un año después.
"Fue la tormenta perfecta, porque tenemos paros, paros técnicos, afectaciones de huelgas y disminución en la demanda, todo junto", dijo en conferencia Eduardo Solís, presidente ejecutivo de AMIA.
En términos acumulados Ford ha producido 225 mil 149 unidades en el país en los primeros diez meses de 2019, 4% menos que durante el mismo periodo de 2018; coincidiendo con la baja en la demanda de la mayoría de sus modelos mexicanos en el mercado estadounidense, su principal destino.
Entre enero y septiembre, Ford, que presenta sus datos de ventas en Estados Unidos cada trimestre, redujo en 87.6% las ventas de su modelo Focus en ese mercado, al compararlas con el mismo periodo del año previo. MKZ, por su parte, sumaba una contracción de 8.6% en el mercado al que México envía el grueso de autos que produce.
En contraste, el modelo Fiesta --que ya no se fabricará más en el país-- incrementó en 44.7% sus ventas.
La situación no se vislumbra halagüeña en el futuro cercano para Ford, que pasa por un proceso de reestructura global para mejorar su posición financiera. Apenas tres años y medio atrás anunciaba una inversión de mil 600 millones de dólares en San Luis Potosí para incluso aumentar su producción, aunque nueve meses después la canceló por "condiciones de negocios" y una complicada coyuntura política.
En septiembre, recibió una reducción de calificación de parte de la agencia Moody's (NYSE:MCO) Investors Service que la pone en grado especulativo, como reflejo de los desafíos operativos y de mercado "considerables", así como por la expectativa de ganancias débiles para los próximos años.
"Se espera que la reestructuración se extienda por varios años con 11 mil millones de dólares en cargos y un costo en efectivo de aproximadamente siete mil millones", dijo Moody's en su reporte. "Ford está llevando a cabo esta reestructuración desde una posición débil, ya que las medidas del flujo de efectivo y los márgenes de beneficio están por debajo de nuestras expectativas y por debajo del rendimiento de sus pares fabricantes de automóviles con calificación de grado de inversión".