Por Julia Symmes Cobb
CHINCHINÁ, Colombia, 22 nov (Reuters) - Mauricio Giraldo, productor cafetero colombiano de tercera generación, conoce muy bien el estrés de ver cómo algunos granos maduros se pudren en el árbol porque no puede encontrar suficientes trabajadores para recogerlos.
Su granja de 35 hectáreas en las montañas del sur de Huila requiere de 80 recolectores pero a veces, durante las temporadas de cosecha, puede encontrar solo la mitad, ya que las personas migran hacia los centros urbanos y se alejan del arduo trabajo agrícola.
Colombia, el mayor productor mundial de café arábiga lavado, tiene un déficit de entre 60.000 y 90.000 recolectores, pero una nueva máquina inventada por la Federación Nacional de Cafeteros y la compañía brasileña Brudden podría reducir esa escasez a la mitad.
La derribadora Brudden DSC-18, similar en dimensiones y ruido a un herbicida casero, fue construida específicamente para las fuertes pendientes de Colombia, a diferencia de las utilizadas en el terreno más plano de Brasil.
En un extremo de la máquina hay dos pinzas de plata vibrantes, que son lo suficientemente fuertes como para quitar los granos de café maduros de una rama y livianas para evitar cortar los frutos verdes que aún no han madurado.
"Es un gran herramienta de trabajo", dijo Giraldo, de 37 años, mientras asistía a la demostración inicial de la máquina con otros 300 productores en el central departamento de Caldas. "Vemos una oportunidad para aprovechar y reducir los costos de producción y no dejar perder el café en ciertos épocas picos de cosecha que no conseguimos gente".
AHORRO Y PRODUCTIVIDAD
La máquina desempeñará un papel importante para aliviar la escasez de mano de obra, que frecuentemente se ve agravada por una cosecha móvil que requiere que los trabajadores se trasladen de una región a otra, dijo el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez.
"La mano de obra es cada vez más escasa en Colombia", afirmó Vélez mientras varias DSC-18 sonaban ruidosamente en la finca de pruebas de la federación, cercana al municipio de Chinchiná.
El dirigente estimó que la DSC-18 podría eventualmente ahorrar a los agricultores un 20 por ciento en costos, debido a que necesitarán contratar menos trabajadores y el operario de la máquina puede duplicar la recolección diaria a unos 176 kilos.
También pronosticó un aumento de los salarios de los trabajadores, teniendo en cuenta que se les paga según la cantidad de café recolectado.
Más de medio millón de familias colombianas se ganan la vida con el cultivo de café y más de 400.000 trabajadores son contratados para recolectar la cosecha en un año normal, según cifras de la federación.
Las máquinas tendrán un costo aproximado de 530 dólares y el primer lote estará en manos de los agricultores en marzo del próximo año, dijo el director comercial de Brudden, Evair Rojo.
"En dos años de desarrollo conseguimos una máquina más selectiva, que puede tocar la rama, mover los granos rojos y mantener los verdes en la planta", explicó Rojo que espera unos 6.000 pedidos en Colombia, América Central y hasta África.
La cosecha de café de Brasil ha sido mecanizada durante mucho tiempo, con grandes máquinas que recolectan los granos en los extensos campos planos.
Colombia y otros países productores de café en zonas montañosas, como Guatemala y Costa Rica, han luchado para mecanizar la recolección en terrenos escarpados.
Para Johanna Romero, de 40 años y que cultiva café en su finca del departamento de Cundinamarca, en el centro de Colombia, vale la pena cambiar el sistema de recolección por el potencial de la máquina.
"Todos los cambios generan traumas pero tenemos que arriesgarnos a adoptar las nuevas tecnologías para poder entender que es un beneficio para nosotros mismos", afirmó Romero. (Escrito por Luis Jaime Acosta, editado por Javier Leira)