Por Gabriel Stargardter y Lizbeth Diaz
CIUDAD DE MÉXICO, 21 ago (Reuters) - La versión oficial de un ataque mortal el año pasado en el que la policía mexicana supuestamente ejecutó al menos a 22 presuntos delincuentes, quemó cuerpos, manipuló la escena del crimen y torturó sobrevivientes, está plagada de discrepancias, según mostraron detalles recién revelados.
En mayo de 2015, una mujer entró en una estación de policía en la ciudad occidental de Guadalajara para denunciar que un grupo de unos 50 hombres había ingresado en un rancho local que ella administraba afirmando que querían comprar la propiedad.
No era la primera vez que los hombres, presuntos miembros del temible Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), habían incursionado en el "Rancho Del Sol", en el municipio de Tanhuato. Aparecieron por primera vez en 2014 exigiendo el acceso para robar la gasolina que corría en tuberías a través de la propiedad, según uno de los habitantes del rancho.
La mujer pidió a las fuerzas de seguridad que ahuyentaran a los invasores. Su esposo, dueño del rancho, desapareció en 2012 luego de ser secuestrado.
Cerca de las 6.30 horas de la mañana siguiente, decenas de policías federales apoyados por un helicóptero Black Hawk allanaron el rancho, matando a 42 supuestos delincuentes, de los cuales 22 fueron ejecutados arbitrariamente, según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH) publicado el jueves. ID:nL1N1B00EI
En su momento, las autoridades informaron que al aproximarse al lugar, personas armadas comenzaron a disparar contra los efectivos y éstos los persiguieron hasta entrar al rancho, donde había más hombres armados, tras lo cual se inició un tiroteo de varias horas. ID:nL1N0YD1S3
El incidente descrito por la CNDH representa una de las violaciones de derechos humanos más graves cometidas por fuerzas de seguridad en la década oscura de la violencia ligada al narcotráfico en México.
Solo un agente murió en el operativo, en el que aparentemente la policía atacó mientras dormían los supuestos sicarios. El número de muertos de un solo lado fue uno de los más altos desde que el presidente Enrique Peña Nieto asumió el cargo en 2012, cuando se comprometió a poner fin a años de violencia.
CADÁVERES CARBONIZADOS
Renato Sales, comisionado nacional de seguridad de México, rechazó que haya habido ejecuciones, diciendo que la policía respondió legítimamente.
Sin embargo, el informe de 696 páginas presentó una larga lista de supuestos abusos cometidos por policías, que en ese entonces se estaban recuperando de una serie de ataques del CJNG en las semanas previas al incidente, ocurrido el 22 de mayo.
Imágenes incluidas en el informe muestran cadáveres carbonizados. En otras, los cuerpos yacen en charcos de sangre y lodo con fusiles de asalto impecables al lado de ellos.
Varios testigos, incluyendo esposas de las víctimas, dijeron a los investigadores que escucharon a agentes de policía presumir de cómo habían tomado por sorpresa a los hombres.
Una de las esposas dijo que había escuchado jactarse a un policía diciendo: "Fue el trabajo más fácil que hicimos. Los agarramos como pajaritos dormiditos en el nido".
La mujer embarazada de una de las víctimas dijo que cuando fue a identificar el cuerpo de su marido, cuyos dedos fueron cortados y al que le fueron quemados los testículos, la policía se burlaba de ella.
"Es el producto de un delincuente", le dijeron policías apuntando a su vientre, según explicó ella.
La CNDH entrevistó en la cárcel a tres hombres que fueron arrestados, y contaron cómo policías los golpearon y amenazaron con dispararles. Uno de ellos dijo que un policía le obligó a disparar un arma, mientras que otro le dijo que firmara documentos que no le permitieron leer.
"Uno de ellos ordenó que ya no mataran a más detenidos, porque él ya había reportado que había sobrevivientes", recordó uno de los hombres.
(Reporte adicional de Miguel Ángel Gutiérrez y Frank Jack Daniel; editado por Carlos Serrano)