Por Ron Bousso
LONDRES, 5 nov (Reuters) - En momentos en que la industria energética había dejado a un lado las preocupaciones de que el mundo pudiera quedarse sin petróleo, ejecutivos del sector ahora dicen que creen que es la demanda, y no la oferta, la que está cerca de la cima.
El crudo cotiza actualmente a unos 50 dólares por barril, un retroceso de más de la mitad de su precio desde junio del 2014 debido a que la oferta global aumentó dramáticamente en parte por un auge del esquisto estadounidense pero también tras la liberación de enormes reservas mar adentro en Brasil, África y Asia.
"Hablamos de 'auge de oferta' y tal vez con el esquisto eso se está convirtiendo en un concepto engañoso. Creo que estamos llegando a un auge de la demanda hacia el 2030", dijo Ian Taylor, presidente ejecutivo de Vitol, el miércoles en la cumbre de energía de The Economist en Londres.
"Creo que no veremos un barril a 100 dólares otra vez", afirmó.
Pronósticos de ese tipo se dan en un momento en que las petroleras han recortado miles de millones de sus presupuestos y más de 200.000 millones de dólares en proyectos de gas y crudo para enfrentar la drástica caída de los precios.
Una demanda más baja por combustibles fósiles podría perjudicar las finanzas de países productores como Arabia Saudita, Rusia y Venezuela que dependen de los altos precios del crudo para financiar el gasto público.
Un "auge de la demanda" no significa que las personas consumirán menos energía en general. Al contrario, se espera que el consumo global se dispare en las próximas décadas a medida que la población del planeta crece y se desarrollan las economías de África y Asia.
Pero aunque el consumo total de energía aumentará en más de un tercio desde el 2012 al 2040, se prevé que el uso del petróleo se reducirá desde un 31 por ciento a un 26 por ciento, según el reporte de perspectivas del 2014 de la Agencia Internacional de Energía.
La agencia prevé que la demanda global de crudo aumente modestamente en un 0,5 por ciento por año hasta el 2040 a 103,9 millones de barriles por día, impulsada por países que no pertenecen a la OPEP.
Eldar Saetre, presidente ejecutivo de la noruega Statoil STL.OL , en cambio, ve una disminución en la demanda, aunque las compañías deberán invertir para reemplazar la capacidad existente a medida de declina la producción.
El cambio afectaría a las economías occidentales primero, y la demanda volverá a niveles vistos en 1966, según Dev Sanyal, vicepresidente ejecutivo de estrategia y regiones en BP. (Reporte de Ron Bousso, editado en español por Patricia Avila)