Investing.com - En las últimas seis sesiones, el peso mexicano ha retomado su racha ganadora frente al dólar estadounidense, recuperándose del golpe que asestó la agencia calificadora Fitch Ratings al haber recortado la deuda soberana de Estados Unidos, del grado máximo “AAA” al escaño “AA+” a inicios de mes.
En la sesión previa, el tipo de cambio logró perforar nuevamente el piso de las 17.00 unidades y al mediodía de este miércoles, el dólar cotizaba en 16.81 pesos, lo que reflejaba una apreciación de la divisa nacional de 0.50%. De esta forma, el peso mexicano ya acumula una ganancia de 13.6% en lo que va del 2023.
Si bien los analistas auguran que la paridad peso-dólar registrará una tendencia alcista en lo que resta del año, las proyecciones son cada vez más favorables para la divisa nacional.
En la última edición de la Encuesta Citibanamex de Expectativas (ECE), dada a conocer el martes, el consenso de instituciones financieras consultadas estima que el tipo de cambio se ubicará en 17.85 unidades para el cierre de 2023, ligeramente por debajo de los 17.88 que se esperaba en la encuesta previa, pero sorprendiendo con una mayor fortaleza si se considera que en enero se esperaba una cotización del dólar por arriba de las 20.20 unidades para finales del 2023.
El nuevo pronóstico es, además, la menor proyección para un cierre de año registrada desde abril de 2016 en la encuesta de Citibanamex.
Los analistas de UBS (SIX:UBSG) son aún más optimistas respecto a la moneda nacional y creen que al final del cuarto trimestre, el tipo de cambio se ubicará en 17.50 unidades, con un eventual regreso a las 18.00 unidades para el cierre del segundo trimestre de 2024.
En UBS han detectado tres cambios considerables en las fuerzas sobre el mercado cambiario que han impulsado la apreciación del llamado “Superpeso”:
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1. La fuente principal de dólares ya no es el petróleo, sino las remesas
El análisis de UBS destacó que las remesas enviadas a México crecieron de 24,000 millones de dólares (mdd) en 2014 a cerca de 60,000 mdd en 2022, mostrando una solidez considerable
incluso durante la recesión mundial provocada por la pandemia de COVID-19.
“A pesar de este fuerte incremento, no ha habido una mejora considerable en la balanza por
cuenta corriente. Ello se debe a que, cuando las remesas se dispararon, el país sufrió un deterioro significativo en su balanza petrolera. De hecho, en 2015, la balanza comercial del petróleo pasó de un superávit a un déficit considerable a raíz del desplome de los precios y la caída de la producción”, dijeron.
Los estrategas consideraron que este cambio en la dinámica de entrada de divisas debería aumentar la estabilidad del peso mexicano al hacerlo menos vulnerable a la volatilidad del precio del crudo ya que la entrada de remesas suele ser más estable que otros ingresos de capital, como los flujos de cartera.
2. Baja participación extranjera en los mercados nacionales de deuda pública
Los estrategas observaron que durante la pandemia, el entorno de fuerte aversión al riesgo llevó a los inversionistas extranjeros a reorientar la asignación de sus carteras hacia activos refugio.
Esto contribuyó a que el porcentaje total de deuda pública local en manos de inversionistas extranjeros cayera desde su máximo de casi el 40% en 2015 al 15% actual.
“A nuestro juicio, esta nueva realidad podría hacer que el peso mexicano sea menos vulnerable a las salidas de cartera”, dijeron.
3: Tendencia al alza en la inversión (nearshoring)
El análisis de UBS reconoce que la inversión se ha recuperado del golpe de la pandemia y ahora muestra una tendencia al alza impulsada por un auge del gasto en maquinaria y equipo que podrían atribuirse a los primeros indicios de la relocalización de las cadenas de producción (tendencia conocida como nearshoring) así como a los cambios en las reglas de origen del T-MEC para el sector automotriz.
Los analistas señalaron que si esta tendencia de inversión se mantiene durante un periodo prolongado, esto se vería reflejado en un aumento de la productividad y un mayor crecimiento económico.
“Si México logra aprovechar las oportunidades de la relocalización, podríamos ver un fuerte repunte de las exportaciones manufactureras y la inversión extranjera directa, lo que, a su vez, reforzaría las cuentas externas e impulsaría aún más al peso mexicano”, explicaron.
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Los 3 grandes riesgos
Los analistas de UBS pronostican que el peso mexicano también seguirá beneficiándose de su carry alto por el diferencial de las tasas de interés entre la Fed y Banxico, por los los déficits fiscales y por cuenta corriente manejables del país. Aún así, advierten de tres grandes riesgos para la fortaleza del Superpeso.
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Que la recesión estadounidense sea más grave de lo previsto: esto podría mermar la llegada de remesas, especialmente si se registra un retroceso en el sector de la construcción en Estados Unidos, el cual da empleo a una gran fuerza laboral de origen mexicano.
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Que se produzcan cambios considerables en la política económica de México.
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Que se complique el entorno de cara a las elecciones presidenciales de 2024.