Por Michael Church
HONG KONG, 22 mayo (Reuters) - Desde el momento en que Sardar Azmoun llegó al escenario internacional y Carlos Queiroz lo comparó con Ruud van Nistelrooy, el joven delantero ha tenido sobre sus hombros la presión de llevar a un país como Irán, apasionado por el fútbol, a una actuación histórica en la Copa del Mundo.
Su definición ante Qatar en la fase de grupos de la Copa Asiática en Australia se produjo menos de un año después de su debut con la selección y llevó a Queiroz a comparar al entonces joven jugador de 20 años con el astro holandés.
Mientras Irán espera su primera incursión más allá de la etapa de grupos de la Copa del Mundo en Rusia tras cuatro apariciones previas sin poder cruzar ese umbral, Azmoun tendrá buena parte de la responsabilidad para lograr que ello ocurra.
Azmoun, de 23 años y quien viene de una familia amante del deporte, no siguió los pasos de su padre Khalil, que jugó para la selección iraní de voleibol y dirigió a varios equipos a nivel local, y se decantó por el fútbol.
Azmoun destacó con rapidez, representando a Irán a nivel juvenil antes de pasar al Rubin Kazan ruso cuando tenía 18 años. En ese equipo se convirtió en uno de los favoritos del entrenador Kurban Berdyev.
El talento de Azmoun con la pelota en sus pies hizo que Berdyev lo llevara al Rostov, donde jugó por dos temporadas mientras comenzaba a ser visto con interés por clubes de algunas de las ligas más importantes de Europa.
Pero a pesar de los rumores de una posible transferencia a la Lazio de Italia u otros equipos de renombre, Azmoun se quedó en Rusia al finalizar su contrato con Rostov -donde chocó con equipos como Bayern Munich, Atlético Madrid y Manchester United en competiciones europeas- y volvió al Kazan.
Si bien es visto como el sucesor a largo plazo del legendario Ali Daei, Azmoun tiene como ídolo a Zlatan Ibrahimovic. Con 23 tantos en 31 partidos con Irán hasta la fecha se encamina a igualar el récord goleador de Daei, que ayudó a que su selección clasificara a los Mundiales de 1998 y 2006. (Editado en español por Javier Leira)