por Patricia Guerrero Medina
Infosel, septiembre. 1.- Desde la solicitud para recurrir al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos, presentada a finales de junio, uno de los pasos más esperados en el proceso de reestructura financiera de Grupo AeroMéxico, la línea aérea insignia del país, fue la presentación plan de financiamiento preferencial, o DIP financing.
A mediados de agosto fue cuando la compañía del "caballero águila" finalmente anunció un acuerdo de financiamiento hasta por mil millones de dólares con un grupo de fondos afiliados a Apollo Global Management, uno de los administradores de inversiones más grandes del mundo.
El acuerdo fue, más que una buena noticia para la aerolínea, crucial porque de acuerdo con sus propios cálculos, sin él difícilmente habría sobrevivido en septiembre y desde luego durante y después del proceso de reestructura. Claro que la situación en la que AeroMéxico se encuentra la orilló a un acuerdo que la obliga a cambiar su estructura operacional y también abre la puerta a que cambie de manos.
"Es muy pronto para suponer o prever el futuro" dijo AeroMéxico hace algunos días, al ser consultada sobre los alcances del acuerdo, que recibió la aprobación preliminar de la jueza que lleva el caso en la corte de Nueva York y le permitió disponer de los primeros 100 millones de dólares, de un tramo inicial de 200 millones.
Tras el espaldarazo inicial al acuerdo, buena parte de la atención y las dudas están enfocadas en el tramo dos del financiamiento, por hasta 800 millones de dólares, ya que contempla la posibilidad de que los prestamistas intercambien su deuda por acciones.
Si bien la posición de la compañía ha sido que es pronto para especular con las probabilidades de que eso ocurra, los especialistas sí contemplan una probable dilución para los actuales dueños de la compañía, encabezados por la aerolínea estadounidense y socia de AeroMéxico, Delta Airlines (NYSE:DAL), que posee un interés de 49%, el límite establecido por la Ley de Inversión Extranjera, para inversionistas no mexicanos en el transporte aéreo.
"En caso de considerar el monto del financiamiento del segundo tramo, sí pasaría a Delta Airlines como un accionista en segundo lugar, contemplando el nivel actual de market cap con el que cuenta la emisora", dijo un especialista que prefirió no ser nombrado.
La compañía contaba con 682.1 millones de acciones en circulación al cierre de 2019, de acuerdo con su reporte anual, y una capitalización de mercado de tres mil 254 millones de pesos (148.5 millones de dólares al tipo de cambio de hoy).
La reestructura de AeroMéxico ya pasó factura a su socia estadounidense, que en el segundo trimestre del año reportó una pérdida de 770 millones de dólares en su inversión en la compañía mexicana, que se sumaron además a los mil 100 millones en pérdidas por su participación en LATAM Airlines, otra de las grandes líneas aéreas latinoamericanas que se acogió a la ley de quiebra estadounidense.
Delta Airlines fue consultada por Infosel sobre la posibilidad de reducir su participación en la aerolínea mexicana, pero declinó hacer comentarios.
El plan de financiamiento contempla que cada prestamista del tramo dos podrá optar por recibir acciones ordinarias o acciones con voto limitado, neutras, o bien, una combinación de ellas una vez finalice el proceso de reestructura, de acuerdo con la presentación de AeroMéxico hecha ante la corte.
Para ello, es necesario contar con algunas aprobaciones, como de la autoridad antimonopolio de México y el respaldo de los actuales dueños de al menos 75% del capital social, mediante un convenio de apoyo de accionistas.
Para otros especialistas, como Alfredo Huerta Chabolla, académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana, la entrada de nuevos accionistas en el capital social de la compañía dependerá de las "letras pequeñas" del acuerdo.
"Todavía no se sabe ni cuánto ni cómo sería, ni si va a ver o no, porque todo dependerá de si AeroMéxico tiene la capacidad en su momento de poder pagar ese crédito o no", dijo en entrevista telefónica. "Seguramente habrá cláusulas [dentro del acuerdo de financiamiento] donde puede ser el 100% o un monto mínimo que se pudiera convertir".
Los detalles del acuerdo fueron expuestos ante la corte en una audiencia celebrada el 19 de agosto, pero la versión pública de esa audiencia fue restringida hasta el 18 de noviembre, de acuerdo con la información pública de su proceso.
Otro factor, de acuerdo con Huerta Chabolla, que podría jugar a favor de los actuales dueños de la aerolínea, es la rapidez con que la empresa logre finalizar su proceso de reestructura, el cual hasta ahora ha sido favorable para la empresa mexicana.
"AeroMéxico quiere terminar en pocos meses este proceso de reestructura [. . .] tiene esa intención de hacerlo rápido para tratar de tener recursos propios y para no tomar toda la línea de crédito y tratar de tener el menor riesgo hacia los accionistas", apuntó.
De momento la jueza Shelley C. Chapman, encargada del caso, fijó la nueva audiencia para el próximo 22 de septiembre.