(Retransmite la historia publicada el 10 de octubre)
Infosel, octubre. 10.- El gobierno de México dijo que recibirá 150 millones de dólares por parte del Banco Mundial para financiar la reconstrucción del país luego que un grupo de expertos determinó que sí se cumplieron las condiciones que activan el bono catastrófico que renovó el país a inicios de agosto de este año.
Con la activación de ese instrumento financiero, tras el sismo del pasado 7 de septiembre de 8.2 grados de magnitud en las costas del océano Pacífico, México recibirá parte de la especie de seguro contra temblores y huracanes que ha venido adquiriendo a lo largo de la última década.
El anuncio de la activación del bono catastrófico se da poco más de un mes después de que el gobierno iniciara el protocolo para solicitar la activación del bono tras el temblor que golpeó fuertemente la región conocida como Istmo de Tehuantepec en el estado de Oaxaca.
La revisión de los parámetros que permitieron determinar la activación del bono la realizó la agencia United States Geological Survey (USGS), una entidad encargada en medir la intensidad de terremotos, así como sus ubicaciones a nivel mundial.
Los fondos que recibirá el gobierno, que equivalen a un poco más de la mitad del monto total que cubría el bono catastrófico de 360 millones de dólares --150 millones para sismos originados en las costas del Pacífico, 110 millones para huracanes que golpean la costa Atlántica de México y 100 millones por huracanes que afectan la costa Pacífico del país--, se depositarán en el Fondo Nacional de Desastres Naturales, o Fonden, un fideicomiso en el que el gobierno deposita fondos para ser utilizados en casos de desastres naturales, como huracanes, inundaciones, incendios y sismos, entre otros.
La vigencia del bono Catastrófico que tiene actualmente contratado el gobierno es de tres años, por lo que el país aún podría beneficiarse en caso de que un huracán de cierta magnitud golpeé poblaciones en la costa del Golfo de México o en la costa frente al Pacífico.
"La activación de este instrumento, y su correspondiente pago, será recibido por el Fideicomiso Fonden, lo que permitirá canalizar recursos adicionales para que continúe la importante tarea de reconstrucción o rehabilitación de infraestructura pública educativa, hospitalaria y carretera, así como de viviendas en situación de pobreza que sufrieron daños", dijo la Secretaría de Hacienda, en un comunicado.
Previo a la renovación del bono catastrófico en agosto, México había adquirido ese tipo de instrumentos financieros en tres ocasiones anteriores, a fin de proteger las finanzas públicas de los posibles costos inesperados que generan desastres naturales.
La primera adquisición de un bono Catastrófico la hizo el gobierno en 2006, una acción que ha venido repitiendo desde entonces.
La primera vez que México utilizó los recursos que le brindan los bonos catastróficos fue en 2015 cuando el huracán Patricia, que alcanzó una magnitud de cinco grados, o la mayor de la escala Saffir-Simpson, azotó las costas del Pacífico, entre los estados de Nayarit y Guerrero.
En ese caso, México recibió 50 millones de dólares por ese bono catastrófico, fondos que uso para con la reconstrucción de la zona afectada.
Claro que el bono Catastrófico y el Fonden no son los únicos mecanismos que el gobierno tiene para protegerse de los impactos que pueden dejar desastres naturales.
México cuenta con "un seguro adicional de exceso de pérdidas de cinco mil millones de pesos", dijo Hacienda, agregando que actualmente el Fonden cuenta con ocho mil 243 millones de pesos para ser usados antes los daños que dejó el sismo del 7 de septiembre y el que tuvo lugar en el centro del país el 19 del mismo mes y que golpeó con fuerza los estados de Puebla y Morelos, así como la capital del país, donde cerca de tres decenas de edificios no resistieron el temblor y se colapsaron, con cientos más con dañados estructurales.
Infosel, octubre. 10.- El gobierno de México dijo que recibirá 150 millones de dólares por parte del Banco Mundial para financiar la reconstrucción del país luego que un grupo de expertos determinó que sí se cumplieron las condiciones que activan el bono catastrófico que renovó el país a inicios de agosto de este año.
Con la activación de ese instrumento financiero, tras el sismo del pasado 7 de septiembre de 8.2 grados de magnitud en las costas del océano Pacífico, México recibirá parte de la especie de seguro contra temblores y huracanes que ha venido adquiriendo a lo largo de la última década.
El anuncio de la activación del bono catastrófico se da poco más de un mes después de que el gobierno iniciara el protocolo para solicitar la activación del bono tras el temblor que golpeó fuertemente la región conocida como Istmo de Tehuantepec en el estado de Oaxaca.
La revisión de los parámetros que permitieron determinar la activación del bono la realizó la agencia United States Geological Survey (USGS), una entidad encargada en medir la intensidad de terremotos, así como sus ubicaciones a nivel mundial.
Los fondos que recibirá el gobierno, que equivalen a un poco más de la mitad del monto total que cubría el bono catastrófico de 360 millones de dólares --150 millones para sismos originados en las costas del Pacífico, 110 millones para huracanes que golpean la costa Atlántica de México y 100 millones por huracanes que afectan la costa Pacífico del país--, se depositarán en el Fondo Nacional de Desastres Naturales, o Fonden, un fideicomiso en el que el gobierno deposita fondos para ser utilizados en casos de desastres naturales, como huracanes, inundaciones, incendios y sismos, entre otros.
La vigencia del bono Catastrófico que tiene actualmente contratado el gobierno es de tres años, por lo que el país aún podría beneficiarse en caso de que un huracán de cierta magnitud golpeé poblaciones en la costa del Golfo de México o en la costa frente al Pacífico.
"La activación de este instrumento, y su correspondiente pago, será recibido por el Fideicomiso Fonden, lo que permitirá canalizar recursos adicionales para que continúe la importante tarea de reconstrucción o rehabilitación de infraestructura pública educativa, hospitalaria y carretera, así como de viviendas en situación de pobreza que sufrieron daños", dijo la Secretaría de Hacienda, en un comunicado.
Previo a la renovación del bono catastrófico en agosto, México había adquirido ese tipo de instrumentos financieros en tres ocasiones anteriores, a fin de proteger las finanzas públicas de los posibles costos inesperados que generan desastres naturales.
La primera adquisición de un bono Catastrófico la hizo el gobierno en 2006, una acción que ha venido repitiendo desde entonces.
La primera vez que México utilizó los recursos que le brindan los bonos catastróficos fue en 2015 cuando el huracán Patricia, que alcanzó una magnitud de cinco grados, o la mayor de la escala Saffir-Simpson, azotó las costas del Pacífico, entre los estados de Nayarit y Guerrero.
En ese caso, México recibió 50 millones de dólares por ese bono catastrófico, fondos que uso para con la reconstrucción de la zona afectada.
Claro que el bono Catastrófico y el Fonden no son los únicos mecanismos que el gobierno tiene para protegerse de los impactos que pueden dejar desastres naturales.
México cuenta con "un seguro adicional de exceso de pérdidas de cinco mil millones de pesos", dijo Hacienda, agregando que actualmente el Fonden cuenta con ocho mil 243 millones de pesos para ser usados antes los daños que dejó el sismo del 7 de septiembre y el que tuvo lugar en el centro del país el 19 del mismo mes y que golpeó con fuerza los estados de Puebla y Morelos, así como la capital del país, donde cerca de tres decenas de edificios no resistieron el temblor y se colapsaron, con cientos más con dañados estructurales.