Boeing (NYSE:BA) ha empezado a suspender a partir de hoy a miles de empleados en los estados de Washington y Oregón, tras la huelga de más de 32.000 trabajadores de la semana pasada. La huelga ha paralizado la producción y ha afectado a la fabricación del 737 MAX y otros modelos de avión.
Los empleados afiliados a la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales han cobrado su última nómina esta semana, ya que las negociaciones entre la empresa y el sindicato han llegado a un punto muerto.
El consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, informó a principios de semana a los empleados de que el gigante aeroespacial aplicaría permisos temporales a numerosos trabajadores estadounidenses que no participaban en la huelga. La estrategia consiste en que los trabajadores se tomen una semana libre cada cuatro semanas de forma rotatoria mientras dure la huelga.
La huelga, que comenzó el 15 de septiembre de 2024, ha visto a trabajadores y simpatizantes formar piquetes en las instalaciones de producción de Boeing. La decisión de aplicar permisos indica que Ortberg está preparando a la empresa para una huelga prolongada, que se prevé será un conflicto difícil de resolver debido al descontento de los trabajadores.
Los analistas han expresado su preocupación por que un conflicto laboral prolongado pueda suponer graves costes financieros para Boeing, que podrían ascender a varios miles de millones de dólares, y ejercer una presión adicional sobre la salud financiera y la calificación crediticia de la empresa.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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