Por Daniel Trotta y Richard Cowan
WASHINGTON, 15 jul (Reuters) - El gobierno de Donald Trump anunció el lunes medidas que impedirán a casi todos los inmigrantes solicitar asilo en la frontera sur, obligándolos a hacerlo en un país por el que hayan pasado antes de pedir protección en Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional dijo que la nueva norma temporal establece un "estándar" para los inmigrantes que intentan llegar al país, "al fijar más restricciones o límites de elegibilidad para los extranjeros que piden asilo en Estados Unidos".
La regla haría casi imposible para los solicitantes que buscan protección contra la persecución, a menos que primero soliciten asilo en otro país, como México o Guatemala, a través del cual viajaron a Estados Unidos.
El cambio también supondría una carga mayor para México, que ha cooperado con los esfuerzos de Estados Unidos para frenar la inmigración centroamericana.
México "no coincide" con la medida "unilateral" anunciada por Estados Unidos para limitar el asilo y refugio a quienes temen por su vida o seguridad en su país, dijo en un mensaje a la prensa el lunes el canciller, Marcelo Ebrard.
El funcionario agregó que México estará atento a las implicaciones de esta medida cuando se trate de solicitantes de asilo de otros países que ingresen a ese país por su frontera sur.
Guatemala, desde donde salen migrantes a Estados Unidos y pasan hondureños y salvadoreños, dijo el domingo que pospondría la visita del presidente Jimmy Morales a Washington para discutir la posible designación de Guatemala como "tercer país seguro", subrayando que no planeaba firmar un acuerdo en ese sentido.
Los cambios propuestos, que serán oficiales el martes, representan un nuevo intento del gobierno de Trump de acabar con la inmigración, el asunto central en la campaña que lo llevó a la Casa Blanca en las elecciones de 2016 y uno que ya ocupa un lugar destacado en la carrera de 2020.
Trump dijo el lunes que una operación de barrido para arrestar a inmigrantes indocumentados el fin de semana fue "muy exitosa". Las autoridades estadounidenses iniciaron operaciones a pequeña escala contra unas 2.000 familias recién llegadas en una decena de ciudades.
El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, dijo que la medida "ayudará a reducir un importante factor de "atractivo" que impulsa la migración irregular a Estados Unidos".
El fiscal general William Barr dijo en una declaración que, si bien "Estados Unidos es un país generoso", está "completamente abrumado" por los cientos de miles de "extranjeros en la frontera sur". Muchos de ellos, afirmó, están "buscando asilo sin mérito". (Reporte Susan Heavey en Washington, Mica Rosenberg en Nueva York y Lizbeth Díaz en Ciudad de México. Editado en español por Marion Giraldo)